El investigador de nuestra Universidad René Ramírez Gallegos, quien fue ministro en Ecuador, habló hace unos meses con Investigación en Movimiento de la experiencia de la dolarización en Ecuador y las consecuencias que podría tener en Argentina en caso de implementarse.
La dolarización no es una salida viable, no garantiza bajar la inflación en el corto plazo.
Se plantea a la dolarización como una salida viable para bajar la inflación, pues no necesariamente es así en el plazo inmediato. Muchas veces se tiene una visión romántica de los países que tienen dólares, en Ecuador llevamos 20 años de dolarización. Luego de la dolarización pasaron casi tres años para bajar la inflación, ahora mismo tenemos una inflación en dólares que está generando mucha conflictividad social. Lo segundo es que una vez que se estabiliza la inflación los precios quedan muy altos. Entonces si comparamos el costo de vida de Argentina con el costo de vida de Ecuador, en éste último es mucho más alto. Además, siempre depende del tipo de salarios. Lo que marca la diferencia es el tipo de gobierno que tienes, hay que tener en cuenta que durante los gobiernos neoliberales los salarios mínimos son muy bajos.
Otro tema que a me parece importante es la estructura productiva. Argentina ha planteado en su agenda un cambio de matriz productiva de aquí al 2030 y eso es importantísimo. Otro fenómeno que sucede con la dolarización, pero que está relacionado al cambio de matriz productiva que se propone Argentina, es que se hace más difícil salir del patrón de especialización vigente. De hecho, si uno ve la balanza comercial de Ecuador no-petrolera se fue en picada hacia abajo, es difícil transformarla. Si como país se busca un cambio en la matriz productiva, cosa que me parece fundamental para generar bienes con valor agregado, industriales o bienes asociados al conocimiento (como a la informática o la tecnología) dolarizar es como darse un tiro en el pie y querer ganar una maratón. Además creo que sería muy poco inteligente hacerlo justo en el momento donde hay una crisis de hegemonía de Estados Unidos, que implica una crisis de hegemonía del dólar. Porque esta hegemonía está ligada al anclaje del dólar del comercio mundial y sus respectivos canales de pago. Justamente el conflicto que estamos viviendo en Ucrania marca nuevas formas de comercio mundial, nuevas formas en los intercambios monetarios. Como consecuencia el dólar está perdiendo su hegemonía. Entonces una cuestión era pensar la dolarización hace 20 años, que de por sí era una mala decisión, y otra es dolarizar ahora. No obstante, pensando en el largo plazo, a pesar de que es una mala decisión salir de la dolarización es prácticamente imposible. Por eso, por ejemplo, en el gobierno que participé de Rafael Correa a pesar de no estar de acuerdo con la dolarización fuimos los que más lo defendimos porque el costo social de la salida era muy alto.
