La práctica del tatuaje es tan milenaria como actual y, además, está esparcida a lo largo del mundo; de los maoríes de la polinesia a las maras de El Salvador, de la tapa de un disco de los Rolling Stones a la mafia rusa, de los campos de concentración a los horimono del Japón. Dada esta diversidad, en este texto habrá algunas reflexiones en base a la observación de tatuajes «políticos».