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Aproximación a las Determinantes Digitales en Salud

La famosa telemedicina o telesalud o salud digital, en auge desde la pandemia por el nuevo coronavirus, no se limita solamente a la consulta médico – paciente por medio de una llamada mediada por las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs), sino que también abarca aspectos de la educativos, económicos, territoriales, políticos y discusiones éticas en torno a la confidencialidad, el uso de los datos, entre otras. 

Este artículo tiene por objetivo indagar sobre las determinantes digitales en salud, concepto impulsado por la OMS/OPS, pero desde una perspectiva local.

El rápido desarrollo de las TICs y su aplicación en el campo de la salud, reclama un fuerte proceso de adaptación de los equipos de salud que realizan sus labores dentro del sistema de salud, en todos sus niveles y en todos sus efectores.

Contexto de las Determinantes de Salud Digital

El ministro de Salud Canadiense, Marc Lalonde, en el documento “Nuevas Perspectivas de la Salud de los canadienses” (1974) impulsó un modelo para entender las influencias que impactan en la salud de los individuos y de la comunidad: estilos de vida y salud (hábitos), medio ambiente, biología humana y acceso a los servicios de salud (sistema).

Posteriormente, se amplió esta perspectiva a los campos de los determinantes sociales de la salud incluyendo factores económicos, redes de apoyo comunitario, trabajo, educación, entre otros.

La era de la información y el desarrollo vertiginoso de las TICs impactan directamente en la forma de entender el proceso de salud-enfermedad-recuperación y plantea nuevos desafíos a los equipos de salud y a los tomadores de decisiones.

En su resolución WHA58.28 sobre cibersalud de 2005, la Asamblea Mundial de la Salud insta a los Estados Miembros a que “se planteen la elaboración de un plan estratégico a largo plazo para concebir e implantar servicios de cibersalud […] a que desarrollen infraestructuras para aplicar a la salud las tecnologías de información y comunicación […] y promuevan el disfrute universal, equitativo y a precio asequible de los beneficios que de ahí se deriven”. (Salud, 2005)

En los objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS 2030) se recalca que la expansión de las tecnologías de la información y las comunicaciones y la interconexión mundial brinda grandes posibilidades para acelerar el progreso humano, superar la brecha digital y desarrollar las sociedades del conocimiento.

De modo breve, la OMS/OSP, afirman en su 51º Consejo Consultivo que se puede definir a la Salud Digital como “el apoyo que la utilización costo-eficaz y segura de las tecnologías de la información y las comunicaciones ofrece a la salud y a los ámbitos relacionados con ella, con inclusión de los servicios de atención de salud, la vigilancia y la documentación sanitarias, así como la educación, los conocimientos y las investigaciones en materia de salud” (OMS, 2011).

En su plan de Salud Digital 2020-2030 la OMS plantea que las Determinantes de Salud Digital, como la alfabetización informática y el acceso a los equipos, la banda ancha e internet, cobran mayor importancia a medida que se implementan los distintos programas y servicios en los territorios, particularmente en América Latina.

Kesler afirma que es necesario destacar la doble dimensión que cobra la conectividad: como un derecho de intermediación, una condición para acceder a otros derechos; pero también –y tal vez más que nunca- como estructura de la trama tecno-comunicacional de la vida social. Se conforma en condición de posibilidad para múltiples prácticas que articulan la socialidad y la vida cotidiana, junto con el ejercicio de la libertad de expresión y participación en las dinámicas colectivas (Kesler, 2011).

En este sentido, también es necesario considerar que no cualquier acceso a internet implica conectividad, sino que ello supone un servicio de banda ancha, con velocidad adecuada, junto con los dispositivos que la hacen posible. En este estadio cobran una dimensión importante las Determinantes Digitales en Salud, como una herramienta para evaluar el grado de cumplimiento del derecho a la salud, de la población general, pero de las poblaciones rurales y periféricas (periféricas a los conglomerados urbanos) en particular.

De los conglomerados urbanos a los territorios periféricos en Argentina.

En Argentina, al recurrir a datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) de 2022, se evidencia una alta tasa de conectividad, acceso a telefonía móvil y acceso a computadoras en los hogares. Los datos recabados por INDEC en la encuesta permanente de hogares muestran que, en los hogares con acceso a computadora e internet, en un total de 31 conglomerados urbanos, arroja un 90,4% con acceso a internet y un 64,2% con acceso a computadora. Así mismo, la población de 4 años y más, por utilización de las TIC en los 31 conglomerados urbanos, el celular es usado por el 88,1%, la computadora por el 42,3% e internet en el 87,2%.

Si bien los datos son promisorios, la necesidad de contar en la pandemia con servicios digitales de conectividad y dispositivos para la detección, diagnóstico y seguimiento de los y las pacientes pasibles de COVID-19 hizo que esto se volviera, como muchos de los recursos hospitalarios, un recurso crítico.

Estos datos positivos, se explican en políticas públicas impulsadas desde 2010, con la creación del Plan Argentina Conectada y el Plan Conectar Igualdad. El primero, lanzado en 2010, tuvo como eje principal el desarrollo de una Red Federal de Fibra Óptica. Entre sus aspectos novedosos cabe mencionar la inversión pública en la infraestructura de internet mediante la construcción de una red troncal, un cambio en relación al rol del Estado como inversor y dinamizador del sector desde la empresa estatal de telecomunicaciones (ARSAT); y la articulación con otras iniciativas de democratización del acceso a tecnologías digitales como el Programa Conectar Igualdad y el desarrollo de la Televisión Digital Abierta. (Baladron, 2019)

El Programa Conectar Igualdad, desguazado en el periodo 2015-2019, entrega computadoras portátiles a estudiantes de escuelas públicas de nivel secundario, de educación especial de todos los niveles, de los institutos superiores de formación docente y las escuelas secundarias dependientes de las universidades nacionales. En los considerandos de su creación se encuentran disminuir las brechas digitales de la población. En la web de Argentina, se menciona que el programa cuenta que, además de la distribución de netbooks, existe una plataforma digital asociada al programa con contenidos educativos abiertos, creados colaborativamente por todas las provincias del país, y un sistema de aulas virtuales para que las y los docentes preparen sus clases por internet.

Ambas políticas públicas tienden a disminuir las brechas digitales en salud, aumentar la conectividad de las poblaciones urbanas y rurales, e incluir tecnológicamente a poblaciones que por barreras económicas no pueden acceder a tecnología.

Al analizar el informe elaborado por INTA – ENACOM titulado “Conectividad y Comunicación en Zonas Rurales de Argentina” se recogen experiencias que son particularmente llamativas para la inclusión digital y brindan la posibilidad de repensar la implementación de políticas públicas en materia de conectividad, para profundizar la inclusión digital.

El informe destaca que de los 311 pasajes rurales y periurbanos de 21 de 24 provincias argentinas (en su mayoría con menos de 1000 habitantes) se caracterizan con la presencia de diferentes tipos de agricultores familiares, campesinos e indígenas. Se destaca que el 40,2 % de los parajes no cuenta con conectividad. Si de brechas digitales se habla, estos datos son necesarios para repensar la distribución e inversión de los distintos programas.

Es necesario mencionar que el Gobierno Nacional Argentino estableció, como una de sus políticas sustanciales a partir de 2016, avanzar en el camino hacia la Cobertura Universal de Salud (CUS). Por Decreto N°174/18 se creó y encomendó a la Secretaría de Coberturas y Recursos de Salud, el objetivo de entender en la planificación y coordinación de sistemas de información, incorporación de nuevas tecnologías de la información, gestión de datos y registros estadísticos a nivel nacional y jurisdiccional; y por Decisión Administrativa N° 307/18 se creó y asignó a la Dirección Nacional de Sistemas de Información la responsabilidad primaria de gestionar las condiciones para el desarrollo y coordinación de los sistemas de información en salud a nivel nacional y jurisdiccional. (Anexo, Plan Digital de Salud 2016 -2024).

Estas iniciativas buscaron impulsar la CUS que se basa en tres ejes fundamentales: Población a cargo de equipos de salud familiar y comunitaria; Sistemas de Información Interoperables y aplicaciones informáticas y; Ampliación de la cobertura prestacional, mejora de la calidad de atención y priorización de líneas de cuidado. 

La pandemia por el nuevo coronavirus, originado en Wuhan, aceleró los procesos de implementación de herramientas digitales para la atención sanitaria de poblaciones urbanas y periurbanas. En un marco epidemiológico complejo, las autoridades nacionales, provinciales y locales implementaron una batería de legislaciones en torno a la salud digital, con el objetivo de facilitar el uso de las mismas y brindar un marco normativo para los y las profesionales de salud que trabajaron en la emergencia sanitaria.

La telesalud, como disciplina en general, consiste en un conjunto de actividades relacionadas con la salud, los servicios y los métodos que se llevan a cabo a distancia con la ayuda de las tecnologías de la información y comunicación. Incluye la telemedicina, la teleeducación, la telegestión y la teleinvestigación.

Desafíos planteados

Las determinantes digitales en salud nos dan la pauta para medir el nivel de accesibilidad de las comunidades urbanas y periurbanas a las tecnológicas y más específicamente a los servicios de salud digital disponibles. Retomando los planteos de la OMS-OPS en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, las TICs aplicadas a la salud, tienen el potencial de disminuir las brechas de desigualdad en materia de salud.

El desarrollo en Argentina, con una vasta extensión territorial, da cuenta de las asimetrías del desarrollo de las comunidades no urbanas y la presencia de barreras de accesibilidad a las tecnologías aplicadas a la salud.

En la sociedad del conocimiento es fundamental, si se quieren disminuir las brechas digitales en salud, una fuerte inversión en materia tecnología, de capacitación del personal de salud y de alfabetización informática.

Adquirir software interoperable y hardware que sostenga viabilidad en el correr del tiempo, requiere de una decisión política mayoritaria para sostener un plan de digitalización del sistema de salud para los próximos años que integre los subsistemas del mismo y simplifique la circulación de información de los usuarios con altos estándares éticos de protección de datos. Los llamados de la OMS/OPS para invertir en salud, requieren de un diálogo entre todos los sectores del estado implicados en la digitalización y en la inversión estatal.

*Lucas Agüero es Licenciado en Enfermería y Becario Doctoral radicado en el Departamento de Salud Comunitaria de la Universidad.

Bibliografía

Baladron, M. (2019). El Plan Argentina Conectada: una política de Estado desde la infraestructura de comunicaciones. Ciencia, Tecnología y Política.

Kessler, G., & Benza, G. (2021). La ¿nueva? Estructura social de América Latina. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Siglo XXI.

Nación, M. d. (2022). argentina.gob.ar. Recuperado el 1 de 2 de 2023, de https://www.argentina.gob.ar/salud/telesalud

OMS. (1 de 8 de 2011). paho.org. Recuperado el 1 de 2 de 2023, de https://www.paho.org/hq/dmdocuments/2011/CD51-13-s.pdf

Salud, A. M. (2005). CIBERSALUD. New York.

Lucas Agüero*

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