La fórmula de la Chacana conformó el núcleo ancestral del conocimiento técnico andino. Mediante este modelo, referenciado invariablemente en las constelaciones meridionales, se organizaron vastos territorios como el Tiawanacu y el Tawantisuyo, con enorme gravitación suramericana; hasta que el colonialismo suprimió todos estos saberes y sus símbolos rituales imponiendo su cosmovisión eurocéntrica. Por lo cual, la recuperación de estas referencias australes originarias se torna en un imperativo para la emancipación del pensamiento geocultural en Nuestra América.