A mediados de los años treinta la Provincia de Buenos Aires tenía un perfil agropecuario y era de las más importantes productoras del país. En no pocos casos, muchos de los protagonistas de esta pujante actividad económica no se beneficiaban de sus resultados y padecían distintos tipos de privaciones sociales. Durante la campaña electoral Manuel Fresco resaltó la importancia que tenía el campo en el desarrollo bonaerense y la necesidad impostergable de implementar una profunda reforma económica y social.