Entrevista a Alfredo Ossorio**
La gestión pública y la planificación de la gestión es una de las temáticas de estudio y de problematización en nuestra Universidad, en ese marco hace unos años ediciones EDUNLa reeditó las obras de Carlos Matus “Teoría del juego social” y “Adiós Señor Presidente” y desde hace unos meses creó el Centro de Estudios de planificación, estrategia y gestión pública con el nombre del intelectual. Hablamos con Alfredo Ossorio, estudioso y gestor en la materia, quien además está a cargo de dicho Centro de estudios, para que nos cuente sobre los objetivos, propuestas y actividades que llevará adelante desde allí.
¿Cuáles son los objetivos y las expectativas Centro de Estudios de Planificación, Estrategia y Gestión Pública?
El Centro de Estudios forma parte del Departamento de Planificación y Políticas Públicas, lleva el nombre de Carlos Matus por el aporte invaluable que el autor realizó al crear la “planificación situacional” un conjunto teórico, metodológico y de diversas técnicas destinadas a fundamentar una nueva epistemología de planificación basada en una teoría del juego social. Su gran aporte es la incorporación de las relaciones de conflicto y el concepto de poder que hacen de la estrategia un cálculo interactivo y de la planificación un método sensible a los cambios que introducen los actores sociales y sus perspectivas de comprensión situacional de los problemas sociales. Así la concepción de la planificación se fundamenta en el reconocimiento de la capacidad del hombre como sujeto activo y creador de la historia. Reconoce que el proceso donde se desenvuelve es complejo y está plagado de condicionamientos, pero también, que está en la acción humana la capacidad de iniciativa y la inteligencia para transformarlo. Se trata pues, en esta perspectiva, del desafío de conducir conscientemente los acontecimientos y no ser arrastrados por ellos a una terminal desconocida. Esta idea de la planificación implica concebir al futuro como espacio abierto a la conquista humana y a la historia como flujo presente y en curso de elaboración ininterrumpido.
En nuestro país la planificación tradicional, salvo los períodos en los que gobernó el peronismo, estuvo muy vinculada con planes de ajuste que frecuentemente estuvieron influenciados por el Fondo Monetario Internacional y los distintos organismos multilaterales de crédito.
La idea del Centro, entonces, es colaborar en el estudio y difusión de la planificación estratégica y de esta manera, coadyuvar a mejorar la gestión pública en los distintos niveles del Estado. Esto quiere decir que, la vocación del Centro es llegar hasta los distintos ámbitos de gestión pública, propiciando el uso de herramientas de construcción y conducción política, económica y social que hagan posible que el Estado deje de ser deficitario en términos de los resultados que le demanda la sociedad.
¿Cuál es el papel atribuido a la planificación respecto del Estado y la gestión pública?
La idea de la planificación situacional es brindar al Estado y a la gestión pública una herramienta sólida para procesar y enfrentar los problemas, definir los objetivos y las prioridades, alistar los medios requeridos y establecer las estrategias para hacer posible lo deseado en el marco de una visión de país, donde exista un proyecto nacional que propugne por la soberanía política, la independencia económica y la justicia social. El Estado no es neutro; por esta razón las elites políticas y económicas pretenden “ocuparlo” para ponerlo a su servicio.
La última experiencia sufrida por el país fue la articulación de las elites políticas, económicas, mediáticas y judiciales del 2015 al 2018. Y en la actualidad –en que persisten- con sus estrategias de debilitamiento institucional mediante corridas bancarias, sentencias judiciales y la tarea de los medios de transformación de las subjetividades, para que lo “bueno” y lo “malo” se confundan y el gobierno de los ricos sea aplaudido aún por quienes soportan el saqueo de sus recursos.
Claro que la planificación es una herramienta que debe sustentarse en una fuerte concentración de valores y una igualmente vigorosa densidad representativa política y, a partir de esto, ayudar a la reconversión del Estado en un órgano de conciencia, conducción y síntesis que le permita producir la sinergia y direccionalidad de las diversas fuerzas sociales de la comunidad. En la presentación del Segundo Plan Quinquenal, el General Perón otorgaba al plan un papel mayor aún que el de un instrumento, aunque así lo reconocía. Él decía que constituía una filosofía de la acción porque reconocía el papel creador del hombre, capaz de apreciar el sentido de los acontecimientos, descubrir las fuerzas en movimiento y preparar las opciones y las decisiones que influirían en el curso de la evolución. Y afirmaba que el plan propiciaba la “continuidad del esfuerzo, la perseverancia en la acción racional, es decir, el cumplimiento de un plan que establece el camino entre la situación y el objetivo que hay que lograr, permite esa marcha entre la situación actual, que es el punto de partida, y el objetivo, que es el punto de llegada” (J.D.Perón, 1952).
En esta misma tesitura, la planificación permite definir los productos, los resultados y los impactos que mediante la direccionalidad de sus acciones pretende alcanzar y reflexionar sobre los escenarios, las posibles perspectivas y requerimientos de los diferentes actores sociales ante las propuestas gubernamentales. En su condición prospectiva, perfila los horizontes futuros y, desde ese espacio distante, examina el presente y programa las acciones diarias, periódicas y eventuales hacia el porvenir deseado. Esa versatilidad de la planificación situacional le permite una escala de observación amplia, donde no se cultiva la idea de las denominadas “únicas salidas” a los problemas; respuestas que encubren e intentan justificar los fracasos acaecidos como fatales e inevitables.
El carácter prospectivo de la planificación es la antítesis de las variadas formas conceptuales que adoptan las filosofías fatalistas y deterministas para quienes la evolución se orienta a metas prefijadas como hacia un polo magnético que le atrae e impone su dirección. Con ellas el Estado resignaría las iniciativas en la gestión a reacciones inmediatistas ante cada coyuntura y a un posibilismo que suele disfrazarse de “arte de lo posible” para esquivar la toma de decisiones comprometida con el proyecto y las dificultades de su consecución. El papel de la planificación estratégica es, en definitiva, el logro de una conciencia problematizadora de las situaciones y de los sistemas, métodos y técnicas de gobierno vistos desde diversos espacios de construcción intelectual (teoría de la acción, de las estrategias políticas, de las situaciones, de las organizaciones públicas), a los que contribuyó con su rigurosa producción intelectual, enriquecida por su experiencia académica, política e institucional el Dr. Carlos Matus, cuyo nombre adopta nuestro Centro.
Carlos Matus
¿Qué piensa de la planificación en nuestro país?
La planificación en la Argentina tiene diferentes modalidades y considero que es similar a lo que sucede en otros países de nuestra América. Hay diferentes modalidades de acuerdo con diferentes sectores, enfoques, niveles, objeto y horizonte de tiempo, de acuerdo con la acertada clasificación realizada por Jorge Sotelo Maciel. Según correspondan al sector público o al privado se trata de planificación pública y privada, respectivamente. En la pública se pueden observar distintos enfoques: participativa, estratégica, normativa y prospectiva. En diferentes niveles se observan de tipo global, sectorial institucional y territorial (urbanística y física, depende la dimensión temporal el corto, mediano y largo plazo, a los que yo agregaría el cortísimo plazo que es el día a día. Respecto al ámbito de aplicación se observan la planificación presupuestaria, la programática, la operativa de nivel gerencial y la estratégica de Alta Dirección.
En nuestro país se dieron todos los tipos de planificación de mediano y corto plazo. En los últimos años, previo al período del gobierno neoliberal donde se dejaron de propiciar experiencias planificadoras, salvo excepciones, prevalecieron las experiencias sectoriales, e institucionales. Las primeras comprometieron a sectores administrativos, tales como los ministerios de Trabajo, Empleo y Seguridad Social que se desarrolló durante doce años consecutivos, una verdadera proeza, y el ministerio de Turismo, otra experiencia relevante. Ambos se desarrollaron con metodologías y técnicas distintas. Las experiencias institucionales –planeamientos realizados en el seno de cada una de las instituciones públicas, consideradas individualmente, fueron múltiples. Las hubo también de corte territorial para orientar las obras públicas. Entre los años 2013-2015 hubo una experiencia de desarrollo de un tipo de planificación de corto plazo que comprendió e involucró a casi la totalidad de las instituciones públicas en el compromiso de formulación, desarrollo y evaluación de metas.
Respecto de la dimensión temporal de la planificación, salvo la experiencia peronista de los planes quinquenales, especialmente el segundo, no existieron planes de largo plazo aplicados y desarrollados. Considero que la planificación debería constituirse en un instrumento de formulación de políticas públicas a nivel general, en el conjunto de la Administración Pública Nacional. Hoy existe en la Secretaría de Gestión de Empleo Público y en el INAP una fuerte vocación planificadora que no tiene una implantación oficial como política en el sector público.
Volviendo al tema del Centro de Estudios ¿Cuáles son las primeras acciones que se van a tomar?
Primero queremos hacer una gran convocatoria a todos aquellos docentes y estudiantes para que cuenten con el centro para incorporar sus investigaciones, a los estudiantes para recibir asistencia para la realización de sus trabajos finales y en general, producir hechos que, como los seminarios, encuentros, conferencias y otros dispositivos de comunicación y difusión, permitan alcanzar sus objetivos y cumplir con sus funciones. Esto es fundamental si tomamos en cuenta que la Universidad Nacional de Lanús tiene como principio fundamental generar gestores públicos que mejoren la performance del sector público. Convocamos a las personas de todos los departamentos de nuestra Universidad y vamos a hacer lo mismo con otras Universidades para debatir y obtener conclusiones provechosas en la materia así como todos los que estén interesados en la temática. Por otro lado pusimos en funcionamiento una página web, dentro del sitio web de la Universidad. La idea es que la página se constituya como un ámbito de encuentro e información. Otra de las acciones que vamos a llevar a cabo es el diseño y elaboración de la Diplomatura en Planificación y Gestión Estratégica. Estará enfocada a brindar un conocimiento sistemático del modo de enfrentamiento de los problemas sociales, así como de la producción de objetivos y políticas públicas, desde los distintos niveles de decisión de las administraciones públicas. Existe y es necesario el empleo de un lenguaje de la conducción que precise y facilite la comprensión y el ejercicio de la gestión para dar respuesta a la exigencia de integralidad de la acción de gobierno. Se trata de mejorar las perspectivas y los enfoques que permitan al gestor público, al profesional de la gestión pública, como así también a los mandos intermedios y a los agentes de las distintas administraciones públicas, mejorar la performance en la gestión de gobierno.
*Carlos Matus fue profesor, economista y político. Ministro de economía, fomento y producción de Chile en el gobierno de Salvador Allende.
**Alfredo Ossorio es docente investigador de la UNLa, dirige el Centro de planificación, estrategia y gestión pública «Carlos Matus» y además cuenta con una gran trayectoria en la gestión pública y del Estado.