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La influencia de la Teoría “la Nación en Armas” en el pensamiento de Perón

Este artículo tiene por objeto analizar la influencia de la teoría “La Nación o el Pueblo en Armas” en el pensamiento de Perón en las décadas previas a su gobierno. Para esto veremos “Apuntes de Historia Militar” una de sus obras difundida en 1931, cuando el joven Perón, dictaba clases en la Escuela Superior de Guerra del Ejército Argentino.

Cabe destacar que esta teoría, fue desarrollada por el historiador y militar prusiano, Colman Van Der Goldz, en su libro “La Nación en Armas” a fines del siglo XIX, y reeditada en la segunda década del siglo XX por su hijo. En esta obra analizaba la Primera Guerra Mundial, retomaba los planteos e hipótesis desarrollados a principios del siglo XIX por Karl Von Clausewitz, el principal pensador e historiador militar prusiano de su época.

Militares como Enrique Mosconi y Manuel Savio encarnaron esta visión. No solo eran estrategas militares, sino también visionarios del desarrollo industrial. Su promoción de YPF (Mosconi) y Fabricaciones Militares, con especial énfasis en la siderurgia (Savio), no era un simple capricho económico. Estaba profundamente arraigada en la comprensión de que una nación fuerte militarmente necesitaba ser económicamente soberana y capaz de producir sus propios recursos esenciales. La teoría de la guerra, en este sentido, los llevó a ser promotores clave de la industrialización.

Durante distintos momentos de la participación de Perón en el gobierno, desde 1943, y durante su presidencia, a partir de 1946, continuó apareciendo en distintas obras, planes y actos de gobierno esta notoria influencia.

El pensamiento de Clausewitz

Militar, historiador y teórico; en su obra “De la Guerra” desarrolló los componentes de la guerra, la relación entre guerra y política, y la cuestión de la participación de toda la población y sus capacidades en el proceso bélico.

Pero, a pesar de tener en cuenta esta dimensión social, Clausewitz atribuyó a la decisión política, de los gobiernos de cada uno de esos Estados, el origen y sostenimiento de la guerra.

Desde esta perspectiva los intereses políticos, económicos y comerciales de los gobiernos involucrados llevan a la guerra y la mantienen según sus conveniencias. Sin embargo necesitan el apoyo de la población para lograr sus objetivos ya que la guerra es un medio para alcanzar un fin determinado.

Retomando la dimensión política resulta claro que la acción bélica puede sustentarse en emociones, enemistades, odios entre pueblos, pero la declaración de la guerra se dará de acuerdo a las circunstancias políticas que cada uno de los gobiernos esté atravesando y esa situación determinará el inicio de un enfrentamiento armado entre naciones. Además la acción bélica se sostendrá en el tiempo y será conducida desde la política de acuerdo a los intereses prevalecientes.

Las fuerzas armadas tendrán un rol instrumental, la estrategia general de la guerra dependerá de las decisiones políticas de los gobiernos y no estarán necesariamente relacionadas en el curso en sí de la guerra, sino con el cumplimiento de los objetivos políticos que la desencadenaron.

De lo expuesto hasta el momento, podemos sacar algunos elementos importantes a la hora de pensar un conflicto bélico.

-La dimensión social y el estado de ánimo de la población son elementos indispensables a lo largo de toda contienda bélica. Con frecuencia, el propósito original de una guerra se vuelve inalcanzable, ya que está sujeto a variables externas difíciles de prever. Por lo tanto, la mejor estrategia es anticipar escenarios diversos y preparar planes alternativos si el curso de acción inicial se desvía. En última instancia, las operaciones militares se supeditan a la agenda política, relegando a las fuerzas armadas a un papel casi ejecutor, con escasa autonomía para decidir el rumbo del conflicto.

– La guerra no consiste en la destrucción total de las fuerzas armadas del enemigo, sino en conseguir que este se vea imposibilitado de continuar peleando de manera definitiva, y desde este punto de vista, el enfrentamiento armado, es solo uno de los elementos que determinan el curso de una guerra. La capacidad económica de los Estados, la voluntad de la población de sostener el conflicto, las alianzas con otros Estados, para desabastecer al oponente tanto en lo necesario para desarrollar las batallas, como a los alimentos, medicamentos, insumos, etc. que la población civil necesite, en resumen son muchos más los factores que debemos analizar a la hora de analizar un conflicto de este tipo.

Las tácticas que van más allá del enfrentamiento armado, son tan eficaces como los mismos enfrentamientos y son parte de una planificación estratégica que busca, por todos los medios, doblegar la voluntad de el enemigo, obligar a los gobiernos a rendirse y a mostrarse imposibilitado de continuar en lucha de manera permanente.

Con el objeto de lograr una mayor comprensión de algunos aspectos del Pensamiento de Clausewitz, es necesario desarrollar con mayor detalle los conceptos expuestos y posibilitar la lectura de algunas sus frases. En este trabajo se tomaron los aspectos vinculados a “guerra, política, y guerra total” y recortamos el análisis de la obra en base a estos conceptos y relaciones.

La guerra no es un fin en sí mismo, es sólo un instrumento del que se valen los gobiernos que conducen los Estados para alcanzar su objetivos políticos, pueden ser de ampliación territorial, comerciales, geopolíticos, de control de recursos naturales, entre otros. Es decir la guerra es una forma de continuar la acción política, en la que se vale del uso de la fuerza, en este sentido Clausewitz afirmó:

Observamos por ende, que la guerra no es solo un acto político, sino un instrumento político real, una extensión de la actividad política, una perpetración de la misma por otros medios. Lo que aún pertenece como particular de la guerra se refiere al carácter especial de los medios que utiliza.1  

En el desarrollo de Clausewitz no se buscaba la destrucción militar del enemigo como objetivo central. Como mencionamos, la política es la que conduce la guerra y los objetivos que busca alcanzar siempre serán políticos, por lo que el objetivo central de la guerra es imponer la voluntad al enemigo, doblegándolo y que se vea imposibilitado de continuar peleando de manera permanente, en palabras del autor:

De esta forma, el objetivo político, como móvil primitivo de la guerra, será norma para alcanzar el objetivo mediante la acción militar, como también para los esfuerzos que sean precisos para lograr ese propósito.2

Clausewitz fue uno los primeros teóricos militares en plantear un cambio de paradigma para pensar la guerra, no solo por su carácter político, sino por analizar todos los elementos que se utilizan y se ponen en juego, la guerra desde este punto de vista, tomando como un gran elemento de estudio las campañas de Napoleón no son sólo un combate o un conjunto de combates entre tropas de soldados en determinados campos de batalla, sino que son enfrentamientos entre naciones, entre pueblos, donde todos son parte y se verán afectados por ella, poniendo todos los recursos que los estados posean en juego, en otras palabras el autor escribió.

La teoría debe tener en cuenta todo esto, pero su primer deber es explicar la noción absoluta de la guerra.3

Esta forma de pensar la guerra, como algo que involucra a todas las fuerzas que una nación o Estado posee, implica que no solo los soldados son responsables de ganar o de perder, ni quienes únicamente estarán afectados por ella, sino que la responsabilidad y consecuencias recaerían en los pueblos y la victoria o la derrota dependerá de la capacidad de combatir, pero también de las fuerzas morales de población, de las capacidades de autoabastecimiento de alimentos para producir o proveer elementos para hacer la guerra y de conformar a los ejércitos con toda la población en condiciones de pelear.

El país, con su territorio y su población, no solamente es el origen de las fuerzas militares propiamente dichas, sino que también es parte plena, en sí, de los factores que intervienen en la guerra, aunque sea sólo como escenario de operaciones o como marcada influencia sobre él.4

Es necesario tener en claro que cuando pensamos en las fuerzas del enemigo debemos hacerlo de manera integral:

De esta forma, la destrucción de las fuerzas del enemigo siempre surge como el mayor y más eficaz medio, al que deben ceder sus lugares todos los demás.5

Es decir, se debe evitar por distintos medios que el enemigo continúe peleando, ya sea por la superioridad de las tropas o por falta de municiones, alimentos o desmoralizando la voluntad de pelear de la población civil.

La naturaleza duradera de la guerra exige que los Estados planifiquen la gestión y el suministro de recursos a largo plazo. Es fundamental acumular en tiempos de paz lo que no pueda producirse internamente, ya que los proveedores externos podrían convertirse en adversarios o cortar el abastecimiento, impactando gravemente sin recurrir a la lucha armada. Asimismo, la preparación de la población para la guerra en tiempos de paz es vital; esto significa alistar a los ciudadanos física, técnica y moralmente, no necesariamente como soldados a tiempo completo, sino listos para el combate si la situación lo requiere. La eficiencia en la gestión de recursos será crítica al inicio de las hostilidades.

Ahora bien, todos los recursos militares móviles pueden entrar en juego al mismo tiempo, pero esto no incluye a las fortificaciones, los ríos, las montañas, los habitantes; es decir a todo el país, salvo que sea tan minúsculo que la primera acción lo involucre totalmente. Además la intervención de los aliados no depende del deseo de beligerantes, y ocurre a menudo que, por la propia naturaleza de las relaciones políticas, no se efectiviza hasta más adelante, con objeto de reparar el equilibrio perdido de fuerzas.6

El desarrollo de capacidades para la guerra, por parte de un Estado o Nación, depende de muchos factores entre los que se destaca, desde el punto de vista humano, la práctica militar. En ella los ciudadanos se instruyen técnica, mental y moralmente para soportarla.

La posibilidad de desarrollar un gran ejército no solo depende de tener una gran cantidad de soldados sino y sobre todo del nivel de crecimiento intelectual y cultural del pueblo.

(…) En realidad, casi nunca encontramos un gran general entre los pueblos no civilizados y rara vez hallaríamos a uno que pudiera ser llamado un genio militar, porque esto exige un desarrollo de fuerzas intelectuales que un pueblo no civilizado no posee.7  

El pensamiento de Clausewitz, al igual que el de muchos otros teóricos de la guerra, estuvo influido por las campañas militares de Napoleón Bonaparte, quien según su mirada cambió la forma de pensar y hacer la guerra, contradiciendo lo que hasta ese momento se pensaba como apropiado. Bonaparte consiguió grandes triunfos, también en esto tuvo que ver la resistencia que presentaron algunos pueblos.

Todos los procedimientos habituales fueron modificados por la fortuna y la osadía de Bonaparte, y fuerzas extremas fueron devastadas casi en una sola maniobra. La obcecada resistencia de los españoles demostró lo que puede conseguirse con la movilización total de una nación y las medidas rebeldes en grado sumo, aunque hayan tenido varias inconsistencias en ciertos puntos.8

La teoría propuesta por este gran historiador y teórico militar prusiano, desde el punto de vista del análisis y formas de pensar la guerra moderna, implicó un cambio de paradigma.

Está claro que la guerra llevada a cabo con todo el peso de una nación en ambos bandos debe fundarse sobre otros principios diferentes a las relaciones mutuas de los ejércitos permanentes.9

El pensamiento de Van der Goltz

“La Nación en armas”

Este teórico y militar prusiano fue quien más desarrolló los conceptos iniciados por Clausewitz sobre la naturaleza de la guerra y los distintos elementos que intervienen. Su obra “La Nación en Armas” o también descripta como el Pueblo en Armas, fue publicada antes de la primera Guerra mundial y republicada por su hijo cuando terminó. La reedición incluyó un análisis de la guerra, que es la que tomamos para el presente trabajo. Es complicado dilucidar el pensamiento de Van der Goltz y el de su hijo, fundamentalmente en los análisis de este gran conflicto bélico, donde muchas de las cosas que había sido prevista, primero por Cluasewitz y luego con mayor detalle por Van Der Goltz, sucedieron y fueron de enorme importancia durante el transcurso y el desenlace de la Primera Guerra Mundial.

Este conflicto histórico evidenció que la guerra contemporánea (de esa época) involucraría a naciones enteras, movilizando absolutamente todos sus recursos. Desde los materiales y económicos hasta los alimenticios y humanos, pasando por las alianzas estratégicas, todos estos elementos tuvieron una trascendental relevancia en el curso de la guerra.

Hasta la Primera Guerra Mundial, la historia militar se enfocaba en el movimiento de los ejércitos. Sin embargo, este conflicto, con la movilización de millones de soldados, transformó la guerra en un enfrentamiento de trincheras, donde los avances eran lentos. Esto hizo que el reemplazo constante de tropas y la provisión masiva de materiales (incluidos alimentos para soldados y civiles sitiados) fueran más relevantes que la estrategia de movimientos.

El tiempo en el que se prolongó la guerra, con la movilización constante de millones de soldados, demostró la importancia de que todas las fuerzas vivas de una Nación estén disponibles durante el tiempo necesario y que la moral de la población se mantenga firme y con voluntad de seguir peleando. Como mencionó originalmente Clausewitz el objetivo de la guerra es doblegar la voluntad del enemigo y que desista de manera permanente de continuar el conflicto; esto puede lograrse por muchos medios y no solo los que están vinculados a la capacidad de sus ejércitos.

En este trabajo también se analiza la relación entre guerra y política y cómo se articulan, entendiendo por política a la que se realiza en el marco de las relaciones con otros países.

El concepto de guerra total es un tema que se aborda a fondo, examinando cada uno de los elementos que lo constituyen. En el contexto de este estudio, al igual que con el autor anterior, profundizaremos en aspectos como la conexión entre Guerra y Política, la movilización de la Nación o Pueblo en armas, la influencia crucial de la moral y la voluntad popular, así como la autonomía en el abastecimiento, el avance científico-tecnológico, las coaliciones con otras naciones, y la preparación militar y logística para el conflicto.

La obra de Van Der Goltz, abarca y desarrolla muchos más aspectos vinculados a la guerra, pero debido al objeto del presente estudio, nos quedaremos con los mencionados en el párrafo anterior.

A continuación intentaremos ver con mayor detalle lo que venimos exponiendo en palabras del autor estudiado para poder acceder a su pensamiento de manera directa.

“La Nación en armas”. Breve análisis de aspectos de la obra

La política conduce a la guerra

Esta idea, ya presente en Clausewitz, se retoma aquí y se desarrolla de forma instrumental. Además, se enfatiza que la política dirige la guerra, estableciendo directrices estratégicas e incluso tácticas, algo que no era del agrado de los militares.

De la política dependen el estado general, el espíritu, la organización, las fuerzas morales y materiales del estado, y de estas circunstancias, a su vez, la conducción de la guerra.10

Es decir la organización de la producción y distribución de los elementos (materiales, insumos, alimentos, soldados, entre otros) es realizada por el gobierno que conduce el país e incluso por los diferentes estamentos de este gobierno, dividido en regiones o provincias.

La organización militar tiene relaciones con todos los aspectos de la vida social. Ella exige una cooperación constante de las autoridades militares y civiles. Por consiguiente, la división regional militar de ejército conviene que se adapte a la división administrativa del país o, como suele decirse, a la política.11

La formación de alianzas con otras naciones, tanto en tiempos de paz como de guerra, es crucial para los Estados. Estas asociaciones no solo definen el número de adversarios o colaboradores, sino que también facilitan la coordinación geopolítica para el movimiento de tropas y, fundamentalmente, la adquisición de recursos vitales como alimentos y medicamentos, esenciales para las fuerzas armadas y la población.

La política gobierna, además, las relaciones con los estados que no toman parte directa en la guerra, pero a los cuales interesa en diversos sentidos el desenlace de ésta. Su buena o mala voluntad puede ser de mucha importancia.12

El desarrollo de un Estado está siempre guiado por la política, tanto interna como externa, que define su expansión, tiempos y áreas de acción. Es equivocado pensar que la economía o el crecimiento económico constituyen el objetivo central de una nación.

Ahora como antes rige, por lo tanto, la frase de Napoleón, según la cual la política es el destino. Si en la Alemania de la post-guerra se ha creído deber cambiarla para nuestra época por la frase de que la economía es el destino, se ha cometido un error muy peligroso.13

Un desarrollo comercial que genere fricción entre naciones, si no va acompañado de negociaciones políticas previas, tiene el potencial de ser el detonante fundamental de un conflicto bélico entre aquellos Estados que pugnan por un mismo mercado o área de influencia comercial.

Desarrollo científico tecnológico y capacidad de abastecimiento

La forma en que la producción y los productos se distribuyen globalmente propicia la interconexión entre naciones en épocas de paz. Esto puede llevar a acuerdos comerciales o incluso a la división internacional del trabajo, lo que genera dependencias recíprocas de diversa simetría y un aumento del comercio global. En este esquema, los países que producen alimentos o bienes primarios abastecen a las naciones industrializadas y más desarrolladas, quienes luego les venden productos manufacturados.

El portentoso progreso de la técnica e industria, con el consiguiente aumento del bienestar y de la población en numerosos países del viejo y nuevo mundo, la necesidad de obtener víveres en el extranjero, en cambio de los productos industriales, para los millones de habitantes que de otro modo sufrirían hambre, ha creado aquella densa red que el comercio y el tráfico mundial habían tejido alrededor del globo terráqueo. De este modo se entrelazaron entre sí los destinos de las naciones de una manera hasta entonces no sospechada.14

Este modelo opera con limitaciones, ya que sitúa a los países menos desarrollados en una posición desigual: sus productos de menor valor los mantienen en la pobreza. Sin embargo, la guerra agrava la situación para todos los Estados, sin importar su especialización productiva. Los hechos demuestran que, en épocas de conflicto, todas las naciones requieren tanto productos primarios como industriales.

El aniquilamiento del ejército francés no hubiera sido un remedio contra el bloqueo de hambre, al cual Alemania, a pesar de los más brillantes éxitos en el campo de batalla, sucumbió finalmente.15

Esto sucedió debido a la incapacidad de producir los alimentos que necesitaban tanto la población como los ejércitos. Además no tenían la capacidad de autoabastecerse y no tejieron alianzas con otros países para obtener estos recursos en el exterior y lograr que aquellos productos llegaran al país. Alemania, tenía un gran ejército, era una país industrialmente desarrollado.

 Y sin embargo, Alemania ha sucumbido a la gran idea estratégica de Anibal. Por una superioridad hasta entonces nunca vista, le fue preparado un Cannae, un cerco que estranguló estratégica, política, económica y moralmente, no solo al Ejército, sino junto con él a toda la Nación.16

La preparación para la guerra

1-Los ejércitos

El concepto de Nación o Pueblo en armas implica que la población de manera integral participe de la guerra de una u otra forma: como soldado, como operario, como agricultor, como administrativo, o en el rol necesario en el que puede desempeñarse cada ciudadano.

En el caso del ejército, y teniendo en cuenta la época, todos los hombres que se encuentren preparados para desempeñarse como soldados serán necesarios, dependiendo en gran parte de ello el éxito o fracaso militar, en especial en una guerra donde cada Estado moviliza a millones de soldados en el frente de batalla.

La preparación para la guerra no es algo instantáneo; requiere, como mínimo, muchos años. Además, implica la necesidad de instruir a tantos hombres como sea posible, aunque en muchos países esto presenta desafíos.

La desproporción entre la población, que crecía rápidamente, y la fuerza del ejército permanente se hacía cada vez más grande. Así sucedió que, cuando sonó la hora del destino, centenares de miles de hombres fuertes tuvieron que quedar en sus hogares porque no estaban instruidos en el uso de las armas.17

Esta problemática llevó a los países a comprender la importancia fundamental de la preparación en tiempos de paz, reconociendo que su descuido acarrea graves consecuencias.

El servicio obligatoria general significa, en este sentido, el paso más importante, puesto que, desde su adopción, los hombres bajo las armas no se alejan completamente, sino solo en forma pasajera, de su trabajo y, sin embargo, todos los hombres sanos resultan disponibles para el Ejército, en caso de guerra.18

La preparación para la guerra no significa que estén permanentemente como soldados. Se les enseña a usar armas y después retoman sus vidas normales, con la previsión de que, ante un conflicto armado, serán llamados y ya estarán capacitados para unirse a las fuerzas militares activas.

El Ejército de Campaña libra las batallas y los combates; a él se le presentan, en la forma más grave, las penurias y los horrores de la guerra. Todo eso lo soporta mejor el hombre joven, a pesar de todas las opiniones contrarias, con mucho más gusto y en mejor forma que el hombre de mayor edad, aunque le falte el vigor físico de este último.19

Por esta razón, la edad de reclutamiento para el servicio militar suele ser baja. La formación de oficiales, por otro lado, es un proceso distinto y mucho más largo, y estos profesionales suelen integrar los ejércitos permanentes. En tiempos de conflicto, los ejércitos necesitan reemplazar a sus soldados constantemente debido a las bajas y el agotamiento. Esto significa que, con el avance de la guerra, se puede llegar a convocar al frente de batalla a todos los hombres capaces de luchar, incluidos obreros y agricultores.

Todo esto no habría sido posible si hubiesen faltado los brazos necesarios. En muchas actividades las mujeres ocuparon el lugar de los hombres que habían marchado a la guerra. También se empleó a jóvenes, a los que, por su corta edad, en circunstancias ordinarias no se les hubiera permitido trabajar en las fábricas. Fue también necesario exceptuar del servicio de armas a una gran cantidad de obreros.20

Como venimos mencionando la producción industrial y de alimentos es tan importante como el ejército, y estas tareas no pueden descuidarse.

2-De los elementos materiales

En la guerra los países utilizarán todos los elementos de los que dispongan para atacar a su enemigo. Esto no implica solo el uso de armas en un campo de batalla, ya que la guerra moderna se dará dentro de los territorios de cada Nación.

Sólo los inventos técnicos, y no los convenios de clase alguna, podrían impedir que, en el futuro, una guerra entre grandes potencias se inicie con fuertes ataques aéreos, simultáneamente a la declaración de guerra, extendidos al interior del país enemigo y que pongan en grave peligro a su población civil antes de que haya tiempo para hacer algo por su seguridad.21

Para cuidar sus territorios aéreos y preparar a la población civil frente a un conflicto, los países tienen que avanzar en ciencia y tecnología para la guerra. La finalidad es lograr la menor cantidad de víctimas posible y evitar que la población se desmoralice y termine claudicando.

Los elementos logísticos son fundamentales, sobre todo para la movilización y el transporte de las fuerzas armadas a través de todo el territorio, y para asegurar el suministro de materiales y víveres. Su utilización se volverá aún más crítica si se deben atender varios frentes de combate.

Así, por ejemplo, el ferrocarril sirve al tráfico público, siendo al mismo tiempo un medio de guerra de primer orden.22

Dentro de los elementos para sostener una guerra de largo tiempo que moviliza a millones de personas, recursos materiales, armas, municiones, vehículos y alimentos la posibilidad de contar con todo esto durante todo su desarrollo se vuelve fundamental.

Por esta razón, debemos mencionar también como una de las condiciones previas de éxito en la guerra el más escrupuloso cuidado por la constante existencia dentro del propio país, de todas las materias primas necesarias para la guerra.23

De la voluntad y moral de la población

Como venimos señalando el resultado de una guerra no se limita a la fuerza del ejército. Depende, en cambio, de que toda la población participe activamente en tareas de producción, abastecimiento y logística. Además, esta misma población es un blanco potencial de los ataques enemigos, que pueden ir desde acciones militares directas hasta la interrupción del suministro de alimentos, medicamentos o cualquier elemento vital para la vida civil.

Por estas razones, es necesario mantener en el pueblo, aun en los más grandes sacrificios y penurias, la voluntad de la victoria, en lo que ejerce un papel importante el cuidado previsor de la alimentación. Toda disidencia interior debe cesar ante el peligro que amenaza desde afuera la vida de la nación.24

Esta declaración enfatiza la importancia de analizar de las guerras no solo en teorías, sino en la evidencia empírica de eventos históricos. Al referirse a «afirmaciones que se realizan en base al análisis de hechos históricos concretos», se subraya que las conclusiones sobre el impacto de las maniobras militares en la población civil y en el desenlace de los conflictos bélicos están respaldadas por lo que realmente sucedió en el pasado.

La perturbación de los transportes de víveres a los puertos alemanes, pudo introducir así con el tiempo una falta de alimentación de toda la población alemana. Esto fue causa de un aumento importante de enfermedades contagiosas y de la mortalidad; a lo que se agregó una disminución considerable de los nacimientos. Estas condiciones engendraron tal agotamiento físico y moral del pueblo alemán que, desalentado, bajó las armas.25

La idea es que los países que son prósperos (económica y humanamente) y tienen recursos valiosos (económicos o naturales) corren un riesgo particular en un escenario global dominado por la rivalidad por la tecnología, el comercio y el control de los recursos.

En otras palabras, la misma riqueza y el desarrollo que poseen pueden convertirlos en blancos potenciales. Su abundancia los hace atractivos y, por lo tanto, vulnerables en un mundo donde las naciones compiten agresivamente por la supremacía y los bienes esenciales.

Por lo tanto, cuanto más bella y notablemente una nación haya organizado su vida por medio de la cultura, ciencias, artes y riquezas, tanto más pueden perder en caso de guerra. Lógicamente deberá cuidarse siempre de estar en todo momento preparada para la defensa de sus bienes, manteniéndose suficientemente armada para la guerra.26

Juan Domingo Perón: apuntes de historia militar

Principales líneas de la obra de Perón

Preparación para la guerra

Cada país debe pensar y prepararse de acuerdo a su situación y recursos para la guerra, pero no para cualquier conflicto bélico, sino para uno en particular, esto de acuerdo a su contexto histórico, sus hipótesis de conflicto ya sean propios o por alianzas con otros países. En esto también tiene que ver las propias expectativas de desarrollo, en este sentido Perón sostenía

La doctrina de la guerra es esencialmente nacional y diferente en cada caso, es la orientación única que guía la preparación de todas las fuerzas vivas de la nación organizadas militarmente para una guerra y muy especialmente a los Comandos, a quienes guía hacia la dirección más conveniente en lo operativo y en lo táctico.27

En relación a la capacidad de una Nación para hacer frente a un conflicto bélico, bajo este nuevo paradigma de la guerra total

Debe considerarse como capacidad guerrera, en el concepto moderno, no solo al ejército del que se dispone, sino al cúmulo de sus fuerzas vivas, teniendo en cuenta que la guerra moderna pone en juego las actividades integrales de un país.28

La preparación para la guerra es de vital importancia para los países, esto es así aún en tiempos de paz, y aunque no se vislumbre en el corto plazo un conflicto o no se tenga con certeza.

Si vendrá un desarme general, nadie puede decirlo; la Historia aconseja al Estado prepararse para la defensa y ello utilizando hasta la última energía física, intelectual y material.29

Los países o naciones que no se preparen bajo estas premisas correrán gran peligro porque

 Esa es la expresión moderna y la razón de ser de la preparación para la guerra, que se convertirá en los hechos, en la razón de ser o no ser de la nación.30

Un país o nación debe tener muy claro cuáles son sus recursos y potencialidades y prepararse para la guerra de acuerdo a sus condiciones, en este sentido Perón destacaba que

El país debe tener la política de su ejército o el ejército de su política.31

En esencia, la guerra es el resultado de la disputa por el control de recursos, la competencia comercial o cuestiones geopolíticas. Estos son los verdaderos motores que, en última instancia, provocan un conflicto armado, más allá de los detonantes inmediatos.

La guerra europea no fue sin duda encendida por el asesinato de Sarajevo, ni por Alsacia y Lorena, sino por un surgimiento alemán demasiado peligroso para la industria y el comercio mundial inglés.32

Un país en desarrollo o con gran cantidad de recursos naturales, como Argentina, no puede dejar de lado el tema de la guerra, y debería tomar todos los recaudos que impliquen prepararse para la guerra.

Cuando la guerra se presenta ya es tarde para organizar una defensa ante el enemigo, y muy probablemente el destino de la Nación ya este jugado, es por ello fundamental la preparación para la guerra, no solo de las fuerzas armadas, sino de todas las fuerzas vivas de la nación, y esto debe realizarse durante los tiempos de paz, para usar hasta el último recurso en caso de ser necesario

Al referirnos a las características originales de la guerra moderna, ya hemos hecho resaltar la importancia de este concepto, relativamente nuevo y para obtenerlo las naciones del presente se empeñan a fondo, buscando encauzar en la paz y utilizar en la guerra hasta la última fuerza viva del Estado, para conseguir su objetivo político. 33

Como venimos señalando Clausewitz tuvo gran influencia en el pensamiento de Perón y en la forma de concebir la guerra moderna. En su libro tomó frases textuales en relación a la guerra y la políticaEs la continuidad de la política por otros medios”, y en la esencia propia de la guerra y su fin

La guerra es un acto de fuerza para obligar al contrario al cumplimiento de nuestra voluntad. 34

De la participación de todas las fuerzas vivas de la Nación o el Pueblo

A lo largo del libro el autor destaca la importancia de todas las fuerzas vivas de un país, a la hora de pensar, planificar, organizar y hacer la guerra, planteando que esta es un característica distintiva de la guerra moderna, tal como lo había planteado inicialmente Clausewitz y posteriormente Van Der Goldz

A la nación en armas corresponde la movilización y organización integral. Hoy la preparación para una guerra ha pasado a ser no solo tarea de militares, sino de todos los habitantes, gobernantes y gobernados, militares y paisanos.35

Sin lugar a dudas, y al igual que Clausewitz, las guerras Napoleónicas y la forma de realizarlas han sido de gran influencia para pensar la necesidad de la movilización total de todos los recursos y de las fuerzas vivas de la Nación

Napoleón ha sido sin duda alguna, inspirado a su vez en el gran Federico, el iniciador de la conducción moderna de la guerra. Con él se inicia la nueva era, la de las luchas de pueblos contra pueblos36 (…)

Perón, después de analizar profundamente la Primera Guerra Mundial, comprendió que el conflicto moderno había transformado radicalmente la naturaleza de la guerra. Ya no se trataba solo de choques entre ejércitos en el campo de batalla, sino de un fenómeno que involucraba y movilizaba a la totalidad de la nación.

Esta «guerra moderna» que Perón vislumbró implicaba la puesta en marcha de todas las fuerzas vivas de un país y el uso de hasta el último recurso disponible, y no por unos días o meses, sino durante largos años. La lucha se extendía más allá de lo puramente militar, abarcando frentes diversos

Ante el concepto moderno de la “nación en armas” el sistema mencionado a muerto definitivamente, para no resurgir más, pese a los temores que en tal sentido tenía Clausewitz cuando escribía: ¡Quién sabe si dentro de algunas generaciones no se verá reaparecer el entusiasmo por la vieja esgrima y los métodos anticuados; condenar los combates y batallas de Bonaparte como actos de barbarie!37

En cuanto a los distintos frentes en que se desarrolla una guerra sostenía:

Los medios para obtener tan alto objetivo hoy representan la totalidad de las fuerzas vivas de la o las naciones que realizan la guerra. En este campo no existen limitaciones, la guerra se hace por todos los medios. 38

Además afirmaba que era fundamental la existencia de la articulación y el trabajo de todos los ámbitos de la administración de gobierno y del sector privado, así como de la población civil. Perón entendió que en la guerra moderna, la economía nacional y la industria no eran elementos secundarios, sino frentes de batalla esenciales. En ese sentido pensaba que se debía mantener la actividad económica por todos los medios; esto implicaba que, incluso en tiempos de conflicto, la vida productiva del país no podía detenerse. El objetivo era asegurar que el mecanismo nacional siguiera funcionando a pleno rendimiento.

Lograr la máxima producción para las necesidades bélicas; ya que no se trataba sólo de mantener la economía, sino de reorientar su capacidad para satisfacer las enormes demandas de una guerra prolongada. Esto incluía la producción de alimentos y bienes básicos para la población y las tropas, hasta la fabricación de armamento y equipamiento.

En cuanto a la industria Perón afirmaba que tenía que mantener parte de su producción habitual ya que era crucial para sostener la economía civil y la moral de la retaguardia; y transformar el resto para servir a la guerra. La capacidad de una industria para adaptarse rápidamente y cambiar su enfoque de producción (por ejemplo, pasar de fabricar automóviles a producir tanques, o de textiles a uniformes) era vista como una ventaja estratégica vital. La reconversión industrial era un pilar fundamental para asegurar el abastecimiento de los frentes de combate y la resistencia del país

La prensa y propaganda desarrollando una acción dinámica y apropiada a las conveniencias políticas y sociales y buscando efectos contrarios en el campo enemigo.

Las finanzas buscando de mantener el más elevado índice, por una administración minuciosa y severa.

Y por sobre todas ellas, las fuerzas vivas del país, transformadas en poder, utilizando el máximo de las reservas físicas y materiales, organizadas convenientemente y dirigidas en la mejor forma posible, se encaminan hacia una acción directa, en procura del objetivo anhelado.38

Factores que influyen en la guerra

Perón planteó en consonancia con el pensamiento de Van Der Goldz, que en la guerra influyen dos factores de manera crucial y a los que se debe prestar mucha atención: factores morales y factores materiales, y dentro de los primeros, destaca 4 aspectos a considerar:

  1. Características del pueblo
  2.  La política
  3. Índice patriótico
  4. La influencia personal del conductor39

En su libro Perón le dedicó un capítulo entero llamado “La Nación en armas”, en él está plasmada la gran influencia de esta forma de pensar y hacer la guerra

La guerra moderna se caracteriza por ser una lucha de un pueblo contra otro o de varios de ellos.

Yen relación al momento en que puede ocurrir, y los elementos en juego

En ese concepto, esta lucha se, desencadena con inesperada potencia y entran en juego insospechados intereses.40

Breve análisis preliminar

En este libro además de tomar los elementos centrales del pensamiento de Clausewitz y Van Der Goldz, también se mencionan otros militares alemanes que pensaban la guerra en esta misma línea, tales como Molke, Foch y Shlieffen.

Como pudo observarse la influencia de la teoría de la Nación en Armas en el pensamiento de Perón, en esta época, fue notable; tuvo influencia incluso en su gobierno muchos años después así como en el pensamiento de Enrique Mosconi, fundador de YPF y Manuel Savio, ideólogo y realizador de la industria siderúrgica en Argentina.

La comprensión de Juan Domingo Perón sobre la Guerra Total, lejos de ser solo una especulación académica, se convirtió en una fuerza impulsora que preparó el terreno y justificó las transformaciones profundas que llevó adelante durante su gobierno. El análisis de que la guerra moderna demandaba la movilización integral de la nación –en lo político, económico, social y cultural– generó un clima de época en Argentina donde la defensa nacional se elevó a la categoría de eje central de la política estatal.

Este convencimiento de que la «guerra de masas entre naciones» era una realidad ineludible del futuro, impactó en la sociedad y la política argentina.

Notas

1- Karl Von Clausewitz “De la guerra” 1ª ed reimp.- Buenos Aires,  Distal, 2011; 24 y 30.

2-Idem

3-Karl Von Clausewitz “De la guerra” 1ª ed reimp.- Buenos Aires,  Distal, 2011; 23 y 186.

4-Idem

5-Karl Von Clausewitz “De la guerra” 1ª ed reimp.- Buenos Aires,  Distal, 2011; 41 y 23.

6-Idem

7- Karl Von Clausewitz “De la guerra” 1ª ed reimp.- Buenos Aires,  Distal, 2011; 47 y 143.

8- Idem

9-Idem

10-Von del Goltz Baron Colman y Federico “La nación en armas” Tomo I (1927) Buenos Aires, Taller Gráfico de Luis Bernard; 98, 230 y 236.

11-Idem

12-Idem

13-Von del Goltz Baron Colman y Federico “La nación en armas” Tomo I (1927) Buenos Aires, Taller Gráfico de Luis Bernard; 53 y 234.

14-Idem

15-Von del Goltz Baron Colman y Federico “La nación en armas” Tomo I (1927) Buenos Aires, Taller Gráfico de Luis Bernard; 54 y 62.

16-Idem

17-Von del Goltz Baron Colman y Federico “La nación en armas” Tomo I (1927) Buenos Aires, Taller Gráfico de Luis Bernard; 64, 72 y 86.

18-Idem

19-Idem

20-Von del Goltz Baron Colman y Federico “La nación en armas” Tomo I (1927) Buenos Aires, Taller Gráfico de Luis Bernard; 76 y 92.

21-Idem

22-Von del Goltz Baron Colman y Federico “La nación en armas” Tomo I (1927) Buenos Aires, Taller Gráfico de Luis Bernard; 76, 238 y 249.

23-Idem

24-Idem

25-Von del Goltz Baron Colman y Federico “La nación en armas” Tomo I (1927) Buenos Aires, Taller Gráfico de Luis Bernard; 68 y 248.

26-Idem

27-Perón, Juan Domingo  “Apuntes de Historia Militar” Buenos Aires, Establecimiento gráfico de D. Libonati 1973; 31 y 121.

28-Idem

29-Perón, Juan Domingo  “Apuntes de Historia Militar” Buenos Aires, Establecimiento gráfico de D. Libonati 1973; 129, 140, 143 y 146.

30-Idem

31-Idem

32-Idem

33-Perón, Juan Domingo  “Apuntes de Historia Militar” Buenos Aires, Establecimiento gráfico de D. Libonati 1973; 101, 139 y 143.

34-Idem

35-Idem

36- Perón, Juan Domingo  “Apuntes de Historia Militar” Buenos Aires, Establecimiento gráfico de D. Libonati 1973; 105, 106  y 108.

37-Idem

38-Idem

39-Perón, Juan Domingo  “Apuntes de Historia Militar” Buenos Aires, Establecimiento gráfico de D. Libonati 1973; 109, 113 y 124.

40-Idem

41-Idem

Bibliografía

PERÓN, Juan Domingo “Apuntes de Historia Militar” Buenos Aires, Establecimiento gráfico de D. Libonati 1973.

VON CLAUSEWITZ, Karl “De la guerra” 1ª ed reimp.- Buenos Aires, Distal, 2011.

VON DER GOLTZ, Colman Baron y VON DEL GOLTZ, Federico Baron “La nación en armas” Tomo I (1927) Buenos Aires, Taller Gráfico de Luis Bernard.

David Chamorro*

Licenciado en Ciencia Política y gobierno, Especialista en Pensamiento Nacional y Latinoamericano. Docente investigador UNLa.

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