Nacionalismo y Patria Grande: el pensamiento de Vivian Trías
Vivian Trías (1922-1980), político, ensayista y legislador uruguayo, dirigente del Partido Socialista, pensador destacado de la segunda mitad del siglo XX. En la época de este autor, de 1922 a 1980, Uruguay vivió un período de grandes contrastes; mientras las ciudades crecían económicamente impulsado por un modelo agroindustrial heredado de José Batlle y Ordóñez con una fuerte clase obrera organizada en diferentes centrales sindicales, en paralelo, las zonas rurales sufrían una despoblación, y muchos derechos generados por el batllismo aún no se concretaban. Aumentaban los rancheríos y de a poco aparecía un nuevo tipo de pobreza más evidente en los llamados «cantegriles». El país del «como el Uruguay no hay» o «La Suiza de América» comenzaría a cambiar después de los años 50. Para el pensador se ponía fin al largo período de prosperidad y se producía una ruptura en la armonía y la estabilidad social (Trías, 1960).
Una generación de jóvenes, influida por la compleja realidad de su época, marcada por contradicciones sociales y crisis a nivel nacional, y en paralelo, por los movimientos de liberación en el Tercer Mundo a nivel global, comenzó a dirigir su atención de manera más significativa hacia los acontecimientos en su región. A pesar de eso, las izquierdas todavía eran minoría frente a los partidos tradicionales. Las tensiones entre federales y unitarios habían dejado huellas incluso en el siglo XX, reflejadas en los dos partidos históricos (Partido Nacional y el Partido Colorado).
El socialismo entre mates y guitarras
“La reflexión de Trías se enlaza profundamente con los movimientos históricos de liberación nacional, que fueron fundamentales en la formación de la conciencia ´tercermundista`» (Methol Ferré, 1988, p. 9).
Como docente, ensayista y político, se dedicó a rescatar ciertas figuras históricas del Cono Sur, a menudo tergiversadas, destacando el papel de líderes, aglutinadores de masas en la lucha contra la opresión extranjera, como Simón Bolívar o Juan Manuel de Rosas. En Uruguay, su visión implicaba reemplazar la figura de Artigas, representada en una estatua de granito y bronce ubicada en la plaza principal de Montevideo, para acercarla más al Artigas con un proyecto claro de Liga Federal y de Patria Grande. Para José Mujica, el revisionismo en Uruguay se vio influenciado por autores como Trías, tomando como fuentes los trabajos de Luis Alberto de Herrera y su vasto archivo relacionado con la Guerra del Paraguay (José Mujica, 2022).
Trías se embarcó en la tarea de rescatar ciertas ideas del viejo Marx del olvido, explorando la biblioteca de Manchester y trasladándolas al contexto de la cuenca del Plata. Su análisis trascendió la esfera exclusiva del trabajador industrial, extendiéndose a diversos sectores que incluían a los desplazados del campo y a todos aquellos que se unían contra las estructuras de poder. En este sentido, su enfoque se erigió como una contraposición tanto al marxismo ortodoxo como a la concepción tradicional del socialismo respaldada por Emilio Frugoni y Juan B. Justo.
Mayormente conformado por inmigrantes italianos y españoles, el socialismo tradicional compartía una perspectiva socialdemócrata, arraigada en las obras de Karl Marx y reinterpretada a través de figuras como Eduard Bernstein y Karl Kautsky. Su intención consistía en aplicar esta corriente de pensamiento sin ajustarla a las condiciones específicas del Río de la Plata. En lugar de adaptarla a la realidad rioplatense, se limitaban a ofrecer una interpretación teórica, sin considerar las particularidades concretas de la situación. Aunque abogaban por leyes de avanzada para su época, su corriente de pensamiento se alineaba más con el liberalismo clásico del siglo XIX, tanto en lo económico como en lo social.
En palabras del escritor Eduardo Galeano «Él me enseñó a pensar el socialismo con cabeza propia y me enseñó que la historia no era un museo sino una tragedia y una fiesta» (Galeano, 1989, p. 10). Mientras que, para la vieja generación, existía una contradicción entre nacionalismo e internacionalismo, enfocado para un ámbito más bien europeo, para esta otra generación (la de mitades del siglo XX) esa contradicción no existía, sino que estas dos ideas se complementaban. En aquel entonces se veía reflejado ese debate entre otros sucesos en lo que estaba pasando sobre la independencia de Argelia frente al colonialismo francés. Por otro lado, la perspectiva de Trías resaltaba la importancia de la revisión historiográfica. En contraste, el mitrismo, heredero del siglo XIX, concebía la historia más como una narración literaria de sucesos y personajes lejanos y abstractos. Este enfoque se manifestaba en una lucha constante entre la civilización y la barbarie, lo nuevo y lo viejo. En su revisión de la historiografía, Trías desafiaba la noción arraigada de que el gaucho era un salvaje y el caudillo un fenómeno de la barbarie, destacando en cambio la existencia en nuestra región de un proyecto de Patria Grande que, lamentablemente, no llegó a materializarse.
Manteniendo un diálogo constante con la izquierda nacional y el revisionismo histórico en ambas orillas del Río de la Plata, en especial con figuras como Jorge Abelardo Ramos o Alberto Methol Ferré su propuesta buscaba una comprensión más inclusiva de la historia uruguaya en contraposición a la narrativa histórica predominante, que tendía a ser eurocéntrica y más vinculada a la tradición unitaria y mitrista. Siempre en clave de integración continental.
Uno de sus trabajos más destacados, «Por un socialismo nacional», publicado en 1965, contrasta los enfoques mecánicos, cuestiona la noción de atraso en América Latina e incorpora tanto la ley del desarrollo desigual y combinado de Lenin y Trotsky como la relación entre el imperialismo y las naciones dependientes, según la teoría de las contradicciones de Mao Zedong.
En un mundo polarizado por la Guerra Fría, donde se enfrentaban las dos superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética (representando el conflicto entre el capitalismo y el socialismo), Trías no limitaba su análisis a la lucha ideológica. También identificaba la contradicción entre las naciones oprimidas y las opresoras, la contradicción norte-sur, así como la rivalidad entre las superpotencias y el Tercer Mundo bajo el dominio imperialista, trascendiendo así el mero enfoque este/oeste (Trías, 1988).
Sostenía que la construcción del socialismo debía ser un proceso que respetara y defendiera los elementos culturales y propios de cada nación, coincidiendo con pensadores como José Carlos Mariátegui en el énfasis con respecto a la conexión entre socialismo y el nacionalismo. Por ende, el nacionalismo revolucionario y el internacionalismo proletario no eran opuestos, sino complementarios (Trías, 1989). Hasta tal punto que llega a citarlo: «no se puede ser nacionalista sin ser socialista ni ser socialista sin ser nacionalista» (Vivian Trías, 1979).
En este contexto, el objetivo era construir una nación que reuniera al conjunto de los países latinoamericanos considerando las tradiciones históricas comunes que se generaron a partir de los imperios coloniales español y portugués (Montaldo, 2004, p. 57). Esto se oponía a la balcanización y al «nacimiento de un nuevo nacionalismo: el nacionalismo antiimperialista del Tercer Mundo» (Trías, 1971, p. 165).
Seguía las diferentes experiencias nacionalistas y populares en América Latina, desde Getulio Vargas, Velasco Alvarado, Juan Domingo Perón o Fidel Castro así como también las experiencias ocurridas en Asia y en África como Gamal Abdel Nasser o Patrice Lumumba. Para algunos, estos procesos políticos eran fenómenos particulares que se desviaban de la visión esquemática y, por ende, generaban contradicciones; para Trías, que iba más allá de aplicar mecánicamente modelos preconcebidos al análisis de las sociedades, eran el resultado del propio proceso histórico de cada país.
Rechazaba el mecanicismo economicista y creía que la acción voluntaria de las personas era esencial para el progreso social y la liberación del capitalismo, el subdesarrollo y la dependencia. Su visión promovía un abordaje más completo y adaptado a la diversidad de realidades latinoamericanas, a la vez que fomentaba un enfoque crítico y creativo en la búsqueda de soluciones a los desafíos de la región promoviendo un marxismo en constante renovación.
La teoría de la dependencia, de la cual Vivian Trías se nutrió, describió el subdesarrollo como la consecuencia de la distorsión introducida por el capitalismo en nuestras sociedades. Dentro de este contexto de dependencia, el desarrollo del capitalismo generaba una especie de «subdesarrollo deformado» (Trías, 1989). En palabras del autor, «Los países subdesarrollados no son pobres, sino empobrecidos; sistemática y artificialmente empobrecidos por el saqueo imperialista» (Trías, 1989, p. 191).
Consideraba esencial llevar a cabo una revolución nacional liberadora que superara los obstáculos del subdesarrollo y la dependencia. Esto implicaba la superación del latifundio a través de la reforma agraria y la industrialización en los países subdesarrollados (Montaldo, 2004), dentro de una concepción de nación que se entendía como un conjunto de comunidades con elementos comunes que unían a los individuos, yendo desde la fase nacional hacia la fase liberadora en el proceso de la revolución colonial (Trías, 1988).
En Uruguay, a través del socialismo, abogaba por forjar alianzas con otros sectores, lo que dio lugar a la creación de la Unión Popular. Esta coalición política surgió como resultado de la división del herrerismo y fue liderada por figuras como Enrique Erro y otros grupos de orientación izquierdista. A pesar de que los resultados en las elecciones no fueron exitosos, sentó las bases, para la posterior creación de una amplia coalición de fuerzas progresistas y de izquierda, materializada en 1971 con la formación del Frente Amplio.
En definitiva, el socialismo nacional emerge como una convergencia de la crítica marxista, el nacionalismo de patria grande y el revisionismo histórico. Se forja en un contexto particular, lo que permite comprender los acontecimientos y proponer soluciones desde una perspectiva arraigada en la identidad latinoamericana y en la posición del «tercer mundo», y esta mirada se refleja en la obra de Trías.
*Joaquín Andrade Irisity es estudiante avanzado de Historia en el Instituto de Profesores Artigas en Montevideo, Uruguay y Diplomado Superior en Historia Argentina del Siglo XX
Bibliografía
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- Montaldo, F. (2004). El Socialismo Nacional y la visión de Vivián Trías. Montevideo: ARCA.
- Mazzeo, Martell (2022). Semillas Al Viento. José Mujica. Ediciones Del Berretín.
- Trías, V. (1960). El imperialismo en el Río de la Plata. Buenos Aires: Coyoacán.
- Trías, V. (1988). Los caudillos, las clases sociales y el imperio. Ediciones de la Banda Oriental.
- Trías, V. (1989) La rebelión de las orillas. Ediciones de la Banda Oriental.
- Trías, V. (1989). Por un Socialismo Nacional. Editorial Ediciones de la Banda Oriental.
- Trías, V. (1988). El Imperio Británico en la Cuenca del Plata. Editorial Ediciones de la Banda Oriental.
- Trías, V. (1988). Juan Manuel de Rosas. Ediciones de la Banda Oriental.
- Trías, V. (1989). Uruguay y sus claves geopolíticas. Ediciones de la Banda Oriental.
- Trías, V. (1989). La crisis del Imperio. Ediciones de la Banda Oriental.
- Veneziano Esperón, A. (1996). La génesis del socialismo en el Uruguay. El pensamiento de Emilio Frugoni (II). Cuadernos de Marcha, n.116, 23-28.
- Yaffé, R. (2021). Partidos y Movimientos Políticos en Uruguay – Izquierdas. Editorial Planeta