Enrique Oliva, como corresponsal de guerra del diario Clarín, cubrió el Conflicto del Atlántico Sur desde Londres y describió lo que pasaba en la capital inglesa. Dejó un material para el estudio y análisis de suma importancia, demostró cómo el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte hizo la guerra total a la Argentina. Además, en sus publicaciones y trabajos post Conflicto, realizó un análisis extraordinario de la disputa y todo lo que generó la guerra. Estaba exiliado desde 1976 por ser militante peronista, su trabajo sobre la cuestión Malvinas es único, hizo también un gran aporte con su forma de escribir. Es un pensador nacional y latinoamericano.
Militancia
Enrique Oliva nació el 29 de junio 1923 en Mendoza y falleció en la Ciudad de Buenos Aires el 28 de febrero del 2010. Doctor en Ciencias Políticas, periodista y docente.
Comenzó su militancia política en el nacionalismo, hasta las movilizaciones del 17 de octubre de 1945, a partir de ese momento pasó a las filas del naciente movimiento peronista. Oliva, cuando tenía dieciocho años, había sido alumno del Juan Domingo Perón en Tropas de Montañas.
En 1948, fue Secretario General de la Universidad Nacional de Cuyo, durante el rectorado de Ireneo Fernando Cruz; en 1949, presenció el primer Congreso Nacional de Filosofía; en 1951, fue funcionario fundador del CONICET; en 1952, dirigió el primer número del Boletín de Estudios Políticos de UNCuyo.
A partir del Golpe de Estado de septiembre de 1955, Oliva formó parte activa de la resistencia peronista. Creó el primer Comando “Coronel Perón”, y se lo señaló como el fundador de la primera guerrilla peronista, fue apodado Comandante Uturunco. El responsable del Observatorio Malvinas de nuestra Universidad, César Trejo, recordó: “casi no hablaba de su propia actuación en la Resistencia. Por el contrario, siempre relataba anécdotas risueñas sobre sus compañeros y repetía una y otra vez que la insurrección popular no había sido conducida por nadie.”1 Dirigía la revista El Grasita, como director figuraba “Juan Grasa”, un nombre colectivo, y en la primera página decía ‘Órgano delos SoldadosAnónimos delMovimientoPeronista’2.
Desde el mencionado Comando decidieron comunicarse con Perón, sobre esto Enrique Oliva relató: “El único que lo conocía al General era yo. Lo había conocido siendo chico, me enseñó a esquiar. Estuvimos vinculados por razones deportivas hasta que trabajé en la Secretaría de Presidencia durante su gobierno. El que debía ponerme en contacto con él era yo. Entonces viajé a Chile. Busqué a la senadora María de la Cruz que era amiga de Perón y le dije que quería conversar con él. Ella me dijo que por teléfono era imposible pero que le escribiera: me garantizó que le haría llegar la carta”3. Oliva preparó un informe donde describía la situación, la organización de la resistencia, que ante la ausencia de referencia y conducción, le solicitaban que él los dirigiera a la distancia.
La respuesta llegó a través de un gerente de Lan Chile, contó que en el sobre que envió Perón encontró:
Varias páginas de Perón dirigidas a mí. Primero exponía nuestros errores: cómo caímos, cómo debíamos actuar. Y luego venían las Instrucciones Nº1 para la Resistencia Peronista. Todas las páginas firmadas. Una carta era para mí. Y había otras. Eran hojas escritas a mano que decían: ‘Panamá’, la fecha, ‘Al dirigente que está al frente de la CGT’, ‘Al dirigente que está al frente del Partido’, al de la Juventud, a la de la Rama Femenina… Tristísimo. Todas así: donde los saluda, les da instrucciones y los autoriza a actuar en nombre suyo. Eran no menos de cinco cartas, y en la carta dirigida a mí me pedía: ‘A estas cartas póngales usted el nombre que le parezca más conveniente’. Eso quería decir que yo era el primer peronista de base o de la resistencia que me había puesto en contacto con él luego de varios meses de la caída de su gobierno4
Por su militancia fue preso y torturado. En la cárcel, Oliva prefirió estar en el pabellón de los militantes, a pesar que podría haber ido al pabellón con ex ministros, embajadores, entre otras figuras del peronismo. Sobre aquella experiencia en la cárcel, Trejo contó: «su compañero de prisión y amigo perpetuo, Carlos Ponce, lo recuerda curando en silencio las heridas de los torturados, contando chistes, contagiando esperanzas, planeando conspiraciones futuras.”5
Cuando fue liberado debió exiliarse, por eso viajó a Caracas donde estaba Perón. Oliva, redactó, junto a John William Cooke, el borrador del acuerdo Perón-Frondizi. En 1960, regresó al país y fue detenido durante tres años y medio. En 1964, fue rector fundador de la Universidad Nacional del Neuquén, la primera totalmente autónoma y provincial del país, convertida ocho años después en Nacional del Comahue.
En 1976, era asesor de la Confederación General del Trabajo y con el Golpe de Estado debió exiliarse nuevamente. Trabajó como corresponsal para el diario Clarín desde París, como su nombre estaba prohibido escribía con el pseudónimo François Lepot, pero también escribía con otros pseudónimos para la revista Línea, como corresponsal de Madrid firmaba como Raimundo Soria y desde París como Sebastián Vargas. Fue presidente de la Asociación de la Prensa Latinoamericana en Francia entre 1977 y 1987, y luego se transformó en su presidente de honor.
Fraçois Lepot desde Londres
Exiliado en París, el 2 de abril de 1982 Enrique Oliva llegó a Londres y desde ese día fue el corresponsal de Clarín, sus notas las firmaba con el pseudónimo Fraçois Lepot. En el 2002 se publicó su libro Malvinas desde Londres, una obra que debería ser de lectura y estudio obligatorio para la carrera de periodismo. En este trabajo Oliva analizó el rol de los medios de comunicación británicos y sus publicaciones día por día del Conflicto, evidenció la manipulación que realizaron los medios de comunicación, el ocultamiento de información del gobierno británico y la postura política de hacer una guerra total contra Argentina.
Publicó su primera nota el 3 de abril con el título Ruptura, flema e incógnitas. Era un relato de lo sucedido el día anterior, advirtió que los medios de comunicación trataron el tema con serenidad y que no hubo manifestaciones públicas sobre el Conflicto. Un dato importante es que en esa misma mañana todos los diarios publicaron en primera página, como noticia de último momento y sin dar fuentes precisas, que Argentina habría comenzado una invasión a Malvinas, la información se había obtenido a las 2 de la mañana de Londres (22 horas de Argentina). En todo el día no hubo comunicación oficial, solo trascendidos.
De esas publicaciones queremos destacar la del 16 de abril, en la página 10, con el título Signos de inquietud, aquí Lepot como en la mayoría de sus notas describió cómo los medios de comunicación de Londres informaban sobre el Conflicto. Pero el apartado más relevante llevaba el subtítulo Las mejores cartas argentinas, donde narró que estuvo reunido con un grupo de ingleses vinculados a la City y a la Argentina, respecto a eso destacó que ellos tenían claros los derechos argentinos sobre Malvinas y los sentimientos criollos sobre el tema, pero lo más importante era que “estos voceros piensan que Argentina tiene dos cartas muy poderosas a su favor”6
La primera de las cartas era prolongar el conflicto. Sobre esto indicaban que nuestro país debía mostrar serenidad y evitar enfrentamientos armados importantes, al mismo tiempo, a pesar del bloqueo naval y económico, se debía demostrar intransigencia. Las fuentes consultadas por Oliva sostenían que “Inglaterra no estaba en condiciones de mantener por más de algunas semanas su cotosa flota a 8.250 millas de distancia.” También resaltaban que las pérdidas de vidas y materiales serían un efecto moral demoledor en Gran Bretaña.
La segunda carta, quizás la más importante, era “amenazar con el desastre de una cesación de pago”. Si Argentina cancelaba el pago de su deuda externa y hacía la guerra total, como lo estaba haciendo el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte contra nuestro país, sería un problema grave para Inglaterra y la Comunidad Europea. “La CEE confía en amedrentar a los argentinos pero no está dispuesta a extremar las cosas por los perjuicios que podría acarrearle o sus débiles economías(…)”
Sobre el pago de la deuda externa, Fraçois Lepot profundizará en una publicación titulada Un informe secreto, del 30 de mayo, allí informó sobre su acceso a un informe reservado elaborado por un grupo de académicos que habían evaluado el Conflicto desde el punto de vista argentino. El estudio contenía apreciaciones sobre la situación, un análisis de medidas que nuestro país podría tomar y una conclusión destinada a las medidas que debería tomar Thatcher. El documento, por su transcendencia, tiene un fuerte valor histórico, por ello lo transcribimos:
Consideraciones:
a) El conflicto de las Malvinas no es un hecho pequeño, ni aislado, sino el proceso más agudo que por orígenes coloniales se ha planteado al capitalismo occidental. Surge en un país joven, culto, potencialmente rico, “europeo”, y profundamente católico y anticomunista, de demostrada capacidad creativa y valor.
b) La guerra ha producido un fenómeno aglutinador muy particular, que ha provocado una completa unidad nacional, un sentido de identidad en todas las clases; y ha desarrollado una mística solidaridad interna. Ninguna de esas características, sino por lo contrario, se han reproducido en Gran Bretaña.
c) Es una verdad que ni la argentina, ni Gran Bretaña, ni las relaciones internacionales volverán a ser las mismas del pasado 2 de abril. No hay ni una sola institución o principio que no haya entrado en crisis. La solidaridad latinoamericana se ha consolidado en perjuicio de Estados Unidos y la Comunidad Europea acusando a Gran Bretaña. Las relaciones entre norte-sur y este-oeste se han alterado y hasta están en revisión los esquemas defensivos de Occidente.
d) La Argentina ha irrumpido en la historia guerrera y política universal en una dimensión que amenaza desbordar a sus dirigentes y a los futurólogos más audaces. Los argentinos intuyen que ahora son muy importantes y sus decisiones deberán tenérselas seriamente en cuenta en cualquier solución, ya sea sobre la soberanía de las Malvinas o la restructuración internacional.
e) Se ha cometido el error de contribuir al encumbramiento político de la Argentina haciéndola víctima de una agresión armada y económica de todos los países ricos de Occidente, en defensa de lo indefendible, el colonialismo7
Los medios de presión argentinos
1-Con solo llamar a sus embajadores, sin romper relaciones, en los países que la agraden económica y militarmente y pedir que retiren los propios, reduciendo a mínimo el personal diplomático, la Argentina ejecutaría a los gobiernos que desean conservar y extender sus negocios con Latinoamérica. Los perjuicios podrían volverse contra Gran Bretaña y presionarla para ceder posiciones.
2-Pedir la expulsión de la O.E.A de Estados Unidos y trasladar la sede de ese organismo, cosa que sería aprobada por varios países. Aunque no lo lograra plenamente, en principio provocaría una ruptura de la endeble armonía que Norteamérica tiene impuesta. Esto y el riesgo de que los pueblos busquen otras amistades, en el Este forzarán a Washington también a presionar sobre la Gran Bretaña, corriendo ésta el riesgo de quedarse sola.
3-Si la Argentina, agredida militar y económicamente, se declara en cesación de pago, puede desequilibrarse el ya inestable sistema monetario occidental. Esto podría hacerlo en pleno derecho porque los acreedores no le dejan otra salida. Asimismo, la Argentina, sintiéndose agredida, podría incautarse de todos los intereses de los países sancionadores.
4-Argentina puede forzar a una definición de apoyo militar a la Unión Soviética, no obstante los acuerdos de Yalta, y ‘provocar un Vietnam de impredecibles consecuencias’ que Occidente no desea, y se cargarán las culpas a la Gran Bretaña.
5-La Argentina está en vías de devenir como líder calificado y de origen europeo dentro del Tercer Mundo, donde también las presiones contra Inglaterra serían desastrosas en su campo económico.
Conclusión
La Argentina ha sido colocada en una desesperante situación que puede llevarla a aplicar los medios de presión apuntados. La Junta se verá obligada a jugar el juego. En consecuencia, hay que buscar una salida decorosa y urgente para el orgullo argentino a costa, incluso de los principios. Eso está en el más alto interés británico porque afecta también a sus aliados no dispuestos a acompañarnos hasta las últimas consecuencias.
Sin duda, la publicación de esta información fue de suma importancia, más aún cuando las fuerzas militares británicas que habían desembarcado en Malvinas estaban lejos de Puerto Argentino. En el libro Colonialismo de las multinacionales (1987), y en su libro post mortem Malvinas, el pasado es el prólogo (2013), Oliva dedica capítulos a este informe. El periodista relató que comenzó a recibir una gran cantidad de llamados de políticos, sindicalistas, familiares y hasta de un general retirado, varios sin saber quién era François Lepot. Uno de los llamados fue de un amigo de Enrique Oliva del diario Clarín, este colega sin ilusión de que realmente se tomen las medidas planteadas en el documento, le pidió más detalle y le dio a entender que el pedido venía del presidente de facto, Galtieri. A Oliva le comunicaron que se tomarían las medias y sería el propio Galtieri el que daría el anuncio de la suspensión del pago de la deuda externa al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y sus aliados que agredían a la Argentina, y llamaría a los embajadores. Oliva estuvo tres días esperando el anuncio, hasta que su amigo del diario le informó:
“Enrique, lamentablemente todo se pudrió. Pese a las presiones de cuadros y comandos, como políticos y otros personajes, Galtieri hizo marcha atrás. Al hablar en el gabinete de su intención, encontró una cerrada oposición, en particular del Ministro de Economía Roberto Alemann. Éste descalificó el proyecto, tratándolo de irresponsable y de gravísimas consecuencias para el presente y futuro de la Argentina. Y lo convenció. Como Alemann había amenazado con renunciar, para ratificarle su confianza y acuerdo, Galtieri salió caminando de la Casa Rosada y fue al despacho de su ministro para expresarle su confianza en un gesto teatral y a la vista de los periodistas.”8
Deuda Externa
Las publicaciones de Lepot demuestran que mientras Gran Bretaña realizaba la guerra total (militar, económica, política y de comunicación), nuestro país sólo llevaba el enfrentamiento a las Islas y en lo militar; esto último con total improvisación por parte de los altos mandos, pero con gran valentía de las tropas y sus cuadros en el teatro de operaciones. Es importante remarcar que Oliva, en cada una de sus notas, brindaba alguna información sobre la preocupación de los sectores económicos foráneos sobre el costo de la guerra, los problemas económicos que generaba y el temor a que Argentina decidiera no pagar sus deudas. Algunas de las publicaciones inglesas sobre la deuda externa fueron:
El 7 de abril, Financial Time tituló Temores de incumplimiento de la deuda externa de Buenos Aires.9 El 11 de abril, Oliva señaló que Sur Jeremy Morse, del Lloyds Bank, se manifestó muy ansioso por las consecuencias del bloqueo financiero donde los perdedores serían los ingleses por ser acreedores y poseer negocios con 38 bancos y múltiples sucursales en la Argentina. El 1 de mayo desde Buenos Aires se prohibió a los bancos privados a pagar deudas al exterior; Enrique Oliva dijo que ese hecho se tomó como un preaviso y los diarios temían que Argentina declarase su bancarrota, eso informaban desde The Times y Financial Times. Otro diario, The Guardian, resaltó que era “el primer paso en lo que parecía estar en camino al incumplimiento de su deuda externa, cuando el Banco Central canceló todos los pagos al extranjero por otras instituciones financieras del país.”10
Destacamos que el 1 de mayo de 1982, Estados Unidos dejó su posición de mediador y neutral (aunque esto último nunca fue), y apoyó explícitamente a Gran Bretaña. Al respecto Enrique Oliva afirmó: “En la práctica, el mundo de las multinacionales del capitalismo salvaje, en la mayor alianza de la historia, entre hacerle la guerra a la Argentina, por todos los medios, incluso con la amenaza nuclear.”11
Mientras en Londres los medios de comunicación manifestaban la preocupación por la posibilidad de que Argentina suspendiera el pago de la deuda externa, el Ministro de Economía, Roberto Alemann, manifestaba que cumpliría con los pagos. El Daily Mail publicó declaraciones de Alemann, en las que aseguraba que “luego de que el conflicto termine, Argentina pagaría sus deudas”12. Oliva aclaró que nuestro país estaba pagando sus deudas y servicios a Gran Bretaña.
Asimismo, resaltó que la cesación de pagos de algo injusto y corrupto, como así lo define, no perdió importancia en ningún momento del conflicto y hasta la reocupación de las islas por parte de los británicos. En el 2008, Oliva decía: “algo a tener muy en cuenta hoy en día pues medidas similares, y hasta con abierto descaro, las han aplicado en distintas épocas de la historia las más grandes potencias de la actualidad, sin excepción alguna. Con imaginación y valor, aún estamos a tiempo. La oportunidad es factible ante la declinación de las fuerzas imperialistas.”13
El trabajo que Oliva realizó como corresponsal en Londres fue trascendental. Su libro Malvinas desde Londres, donde están todas las publicaciones de los diarios de Londres referidos al Conflicto del Atlántico Sur, demuestra cómo Gran Bretaña hizo la guerra total a la Argentina, tanto en lo económico y político pero también utilizando a la prensa para instalar en el pueblo británico la supuesta necesidad de ir a la guerra contra la Argentina argumentando que era una lucha de la democracia contra la dictadura. En Londres, no sólo hubo censura de información, además el gobierno de Thatcher utilizaba a los medios para hacer propaganda e instalar una guerra que el pueblo británico no acompañaba.
1986, Oliva en Malvinas
En octubre de 1986, Enrique Oliva viajó a las islas Malvinas como periodista de Clarín para asistir al sepelio del Teniente Miguel Ángel Giménez, piloto del avión Pucará que el 28 de mayo de 1982 se estrelló luego de una misión de ataque a las fuerzas británicas, cuyos restos fueron encontrados cuatro años después. Oliva fue el primer periodista en viajar a Malvinas después de 1982.
Al llegar a las Islas, el avión que lo trasladó aterrizó en la nueva base militar de Monte Agradable. Allí, luego de los trámites de migraciones, Oliva y un grupo de periodistas ingleses fueron instruidos sobre precauciones a tomar por el peligro de minas enterradas por las tropas argentinas en diversos sitios de las islas. Les mostraron ejemplares de estos artefactos militares para que pudieran reconocerlos teniendo en cuenta que el paso del tiempo y la permanentes lluvias podían poner las minas a la vistas.
Oliva señaló que en Puerto Argentino, capital de Malvinas, no había restos de combates. Por el contrario en el viejo aeropuerto, donde la pista se mantenía en buenas condiciones, aunque estaba abandonado por la inauguración de la pista de la nueva base militar. El aeropuerto fue uno de los sectores más atacados por las fuerzas británicas en 1982 y “las instalaciones, simples oficinas desocupadas, muestran impactos de proyectiles por todos lados.”14 Además, se veía una casamata argentina protegida por bolsas de arena y chapas acanaladas en el piso, todo cubierto por tela de camuflaje rota. También describió otra casamata “como trozos de avión de entrenamiento ‘Air Macchi’ de nuestra aviación naval con numerosos impactos, mostrando la carlinga de la cual el piloto se habría eyectado.”15 También detalló que en el piso aún había cubiertos militares, algún plato de lata, trozos de prendas de vestir miliares y muchísimas vainas de proyectiles usados.
Relató que la calidad de vida en las Islas había disminuido a causa de la desvinculación con Argentina. El gas se vendía más caro que en 1982, hasta el conflicto era abastecido por YPF; además, no había alimentos frescos, baratos, productos que también eran facilitados por Argentina. Hasta ese momento, la situación económica era crítica, el plan de desarrollo no se concretaba y se acusaba de corrupción, de falta de inversión ya que los 58 millones de dólares destinados a Malvinas no habían llegado. Oliva citó a un arisco isleño quien afirmó que “gran parte de la suma presupuestada ha ido a manos de fantasiosas empresas consultoras inglesas”16
En ese viaje, entrevistó a Sir Godon Jewkes, gobernador ilegítimo de Malvinas, donde tocaron dos puntos centrales: pesca y la conexión de las Islas con el continente. El entonces funcionario planteaba que se debía llegar a un acuerdo con la Argentina y para esto había que dejar a un costado el tema de la soberanía, afirmaba que “sería beneficio de las islas y de la Argentina, y hasta del Uruguay, que sabe que los peces nadan. Eventualmente, hay que buscar un arreglo”17. Sobre la conectividad con el continente afirmaba que “es muy inconveniente que no haya algún contacto con América Latina. Hemos podido mantener algunos de nuestros servicios a pesar de la desconexión con la Argentina a raíz del conflicto, pero la distancia con el Reino Unido es enorme”18
Un hecho político histórico irreversible
En el libro Malvinas el colonialismo de las multinacionales (1987)19, Enrique Oliva utilizó el pseudónimo con el cual escribía en el diario Clarín, y en el primer capítulo planteó que durante las diez semanas que duró el conflicto del Atlántico Sur la Argentina conmovió al mundo y conquistó la admiración de todos los pueblos por la lucha heroica y desigual contra el colonialismo, apoyada por las fuerzas militares más grandes de la historia.
Oliva remarcó que la guerra de 1982 produjo la admiración del todo el mundo, sin importar quién gobernaba en el país ya que era un enfrentamiento contra el colonialismo, contra una potencia mundial apoyada por otras potencias. Para Oliva:
“el constante resumir y sustancializar de la historia, serán olvidadas o quedarán en ficheros como simples detalles las objeciones internas.
Que la inspiración de la empresa fue determinada por una desesperada situación interna de un grupo militar dictatorial, no tendrá importancia. Que hubieron quienes previeron un ‘desastre’, perderá significación.
Que faltó por lo menos un general que debió pegar un tiro junto al mástil en Puerto Argentino, se olvidará.
Ningún crítico del evento histórico, por agudo o capacitado que se suponga, influirá en el juicio sereno del tiempo. El hecho concreto político persistirá vivo.
Para la humanidad, que se ilustra y progresa en los ejemplos revolucionarios que producen cambios positivos, que se asienta en actitudes creativas y ciertas, la guerra de las Malvinas será un hito insoslayable en las luchas contra el colonialismo y el imperialismo, al cierre del siglo XX.”20
Además planteó que el colonialismo y el imperialismo en la actualidad está representado por multinacionales que se ven beneficiadas: son grupos de intereses sin escrúpulos ni nacionalidades y, por lo tanto, no se debe tomar revancha contra países sino contra esos sectores beneficiarios de la explotación. Oliva resaltó que el pueblo británico nunca se manifestó contra Argentina, que fue todo lo contrario y debido a que vivió en Londres durante el Conflicto pudo “asegurar que [el pueblo británico] está con nosotros, a pesar de las campañas de cierta prensa escandalosa ultrareaccionaria.”21 Para Oliva, el enemigo no era el pueblo inglés, ni los kelpers sino que el verdadero enemigo está en la Falklands Islands Company, vinculada por múltiples intereses a la City “el colonialismo político económico es ahora el gran negocio de las multinacionales apátridas.”22
Londres y los medios de comunicación
El libro Malvinas desde Londres, editado en Buenos Aires y Madrid, consta de más de ochocientas páginas. Allí se publica día por día cómo los medios de comunicación de Londres trataron el Conflicto del Atlántico Sur. Oliva resaltó que Gran Bretaña hizo la guerra total contra Argentina, y los medios de comunicación fueron manipulados o censurados, en esta línea afirmó que se “montó un aparato de difusión que fatigó al mundo entero con sus emisiones y publicaciones”23
La BBC recibió ataques por no depender del Foreign Office y mantener una imagen imparcial durante el Conflicto. Los diarios y personalidades españolas que reclamaban por Gibraltar, eran señalados como “falangistas”; Italia, por oponerse a las sanciones contra Argentina, era atacada porque supuestamente quería “vender espaguetis y manteca a Buenos Aires”24; Irlanda, que votó a favor de la Argentina, sufrió un boicot. En Gran Bretaña se prohibió la música argentina pero también la brasileña, mejicana y otras por ser latinoamericanas; en el deporte se intentó prohibir la participación de Argentina en el mundial de futbol que se disputaría en España; asimismo, en Wimbledon se prohibió la participación de los tenistas argentinos; a Australia se le pidió que prohibiera el ingreso de los jugadores de rugby Hugo Porta y Rafael Madero “quienes en Buenos Aires han participado de una campaña para comprar municiones para matar a nuestros muchachos”.25
Conclusiones
A través de la obra de Enrique Olivia podemos ver cómo el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte hizo la guerra por todos los medios a la República Argentina: militar, económica y con los medios de comunicación. El gobierno de Margaret Thatcher señaló y atacó a todo gobierno que no se alineara con Londres. Pero en el trabajo de Oliva también quedó al descubierto cómo Argentina no hizo la guerra total, a diferencia del adversario, solo llevó el enfrentamiento a lo militar y cuando tuvo la posibilidad de tomar otras acciones no lo hizo.
Para Oliva, al igual que para Jorge Abelardo Ramos, Argentina no perdió la guerra y ahora se debería llevar el enfrentamiento por otros medios, como el económico. Además, la acción de la Argentina de recuperar las Islas Malvinas despertó la admiración y solidaridad de todo el mundo; para Gran Bretaña y Estados Unidos este hecho constituyó un mal ejemplo ya que Malvinas se convirtió en una causa anti-imperialista de alcance mundial, y es por esto que Inglaterra continuó el conflicto por otros medios a través de la desmalvinización, imponiendo su propia versión de la historia. Oliva citó las palabras de Winston Churchill (h), las que representan el sentimiento de un sector político británico de la época: “‘A los argentinos hay que revolverlos en la humillación para que nunca jamás piensen en pretender territorio británico”26.
El trabajo de Enrique Oliva es trascendental y mantiene vigencia, además de legar una obra única como Malvinas desde Londres que debería ser de estudio obligatorio en, al menos, las carreras ligadas a la comunicación y el periodismo.
*Juan Natalizio es periodista especializado en la causa Malvinas. Miembro del Observatorio Malvinas de la UNLa
1 Oliva, Enrique, Malvinas, el pasado es el prólogo, 1ª Ed, Buenos Aires, Fabro, 2013, Pág. 13
2 Pulfer, Dario y Melon Pirro, Julio Notas sobre la prensa de la(s) resistencia(s): El grasita, Recuperado por http://www.revistamovimiento.com/historia/notas-sobre-la-prensa-de-las-resistencias-el-grasita/
3 Ídem
4 Ídem
5 Oliva, Enrique. Ob citada. Pág. 13
6 Clarín, 16 de abril de 1982, página 10
7 Clarín, 30 de mayo de 1982, página 18
8 Oliva Enrique, Ob. Cit. Pág 34 y 35
9 Ídem, Pág. 38
10 Ídem Pág. 44
11 Ídem, Pág. 43
12 Ídem, Pág. 43
13 Ídem. Pág. 47
14 Oliva Enrique, Ob. Cit. Pág. 69
15 Ídem. Pág 69 y 70
16 Ídem Pág. 71
17 Ídem Pág. 98
18 Ídem. Pág.97
19 Lept, Francosi Malvinas: el Colonialismo de las multinacionales, Edición de la Fundación Juan Domingo Perón, 1987
20 Ídem, Pág. 7
21 Ídem, Pág. 9
22 Ídem, Pág. 9
23 Ídem. Pág. 20
24 Ídem. Pág 22
25 Ídem. Pág. 22
26 Ídem. Pág. 22
Biografía
Fares, María Celina (2015) Cuestiones de historia y política en la UNCuyo posperonista. XI Jornadas de Sociología. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires. Recuperado de http://cdsa.aacademica.org/000-061/929.pdf Proyecto de declaración. Recuperado de: file:///C:/Users/Adm/Downloads/S94_10PD.pdf
Lept, Francosi Malvinas: el Colonialismo de las multinacionales, Edición de la Fundación Juan Domingo Perón, 1987
Oliva, Enrique, Malvinas, el pasado es el prólogo, 1ª Ed, Buenos Aires, Fabro, 2013
Oliva, Enrique Malvinas desde Londres, Buenos Aires, Editorial Ciudad Argentina, 2002
Pulfer, Dario y Melon Pirro, Julio Notas sobre la prensa de la(s) resistencia(s): El grasita, Recuperado de: http://www.revistamovimiento.com/historia/notas-sobre-la- prensa-de-las-resistencias-el-grasita/